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Los secretos de la elaboración de cerveza según Antonio Fumanal, maestro de la fábrica en activo más antigua de España

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Antonio Fumanal, químico de profesión, es el maestro cervecero de La Zaragozana, la fábrica en activo más antigua de España, que lleva en funcionamiento desde 1900; y aún recuerda el día que asumió sus riendas, en el año 2000. Se quedó de piedra al ver cómo se seguía elaborando la cerveza Ambar, con maquinaría que no se había cambiado desde los años 30.

Su primera pelea con la gerencia, hace 18 años, surgió al tratar de cambiar las correas de cuero con la que seguían funcionando algunas máquinas de la maltería. “De un día para otro había que poner tensión a las correas”, cuenta Fumanal “Y si se rompía una un día, había que ir al guarnicionero, que tenía 80 años, para que la arreglara. Me costó más de un año convencer a la familia para cambiar las correas y ponerlas de kevlar”.

La anécdota ejemplifica muy bien cuál ha sido la filosofía de la empresa, propiedad de la familia Moritz (dueños también de la cerveza catalana del mismo nombre): mantener todo lo que funcione, mientras no suponga un esfuerzo especial para los operarios ni sea demasiado costoso.

Fabrica1 La fábrica, de ladrillo visto, tiene una arquitectura típica de finales del siglo XIX.

La compañía está construyendo una nueva fábrica en las afueras de la ciudad

Por supuesto, la fábrica ha ido evolucionando en el tiempo, pero resulta sorprendente que, a día de hoy, el 100 % de la producción de La Zaragozana –casi un millón de hectolitros– se siga elaborando en la misma fábrica en la que nació la compañía hace más de un siglo, en mitad de Zaragoza. Será por poco tiempo. La compañía está construyendo una nueva fábrica en las afueras de la ciudad, donde ya se realiza el embotellamiento y la logística y pronto se transferirán las labores de cocción y fermentación. El año que viene debería estará funcionando a pleno rendimiento.

La actual propiedad se mantendrá en activo, no obstante, para fabricar algunos tipos de cerveza, y, claro está, como atractivo turístico: la fábrica es un sorprendente museo vivo, repleto de historia.

Fabrica6 Alguna de las máquinas de los años 30, como esta que servía para limpiar el grano, ya han sido sustituidas, pero muchas otras siguen en funcionamiento.

Una fábrica puntera (en los años 30)

La Zaragozana nació en 1900, en un intento de un influyente grupo de empresarios aragoneses –“ahora les llamarían emprendedores en vez de burgueses”, bromea Fumanal– por dar salida a la abundante cebada que se cultivaba en Aragón. Como no tenían ni idea de hacer cerveza (una bebida que todavía nadie consumía en España) contrataron a un maestro cervecero alemán, Charles Schlaffer, que elaboró las primeras bebidas de la compañía.

“Al poco tiempo se les acabaron las ideas y contactaron con la familia Moritz, que en aquellos años eran los líderes del mercado”, explica Fumanal. “Empezaron ofreciendo soporte tecnológico y se acaban haciendo con la compañía”.

Fabrica3 Fumanal nos explica el proceso de malteado.

En 1929 los Moritz tienen ya el 100% del accionariado y es cuando deciden hacer su propia maltería, una de las peculiaridades de la fábrica, pues esta parte del proceso de elaboración de la cerveza suele estar externalizado. Hoy en día, la maltería, que se mantiene en pie prácticamente tal cual se construyó en los años 30, es capaz de procesar 6.000 kilos de cebada.

El grano va cayendo de un proceso a otro por gravedad, una tecnología de lo más avanzada para la época

El malteado de la cebada (u otros cereales con los que se elabore) es un proceso indispensable en la elaboración de cerveza que consiste, básicamente, en remojar los granos para ablandar estos y provocar el proceso de germinación, imprescindible para que, al mezclase con agua, se produzca la fermentación. En la maltería, de cinco pisos, se limpia la cebada –algo que a día de hoy realizan ya los agricultores–, se remoja durante una semana y se seca. El grano va cayendo de un proceso a otro por gravedad, una tecnología de lo más avanzada para la época. “Al final tenemos un grano que ya no es duro, es blandito, y tiene almidón y encimas digestivas, explica Fumanal. “Cuando lo volvamos a mezclar con agua controlaremos el proceso digestivo, y podemos extraer del almidón los azúcares”.

Fabrica9 La fábrica conserva una pizarra para apuntar las cantidades, aunque son datos que también se meten por ordenador, algo que, aseguran los trabajadores, es parte de la cultura de la empresa, obsesionada por conservar su legado.

La dificultad de hacer siempre la misma cerveza

Tener maltería propia es ideal para controlar mejor el proceso de fabricación de la cerveza, pero en La Zaragozana, como en cualquier otra compañía, lo más difícil a la hora de elaborar la bebida es que esta siga siendo similar de un año para otro.

Si probáramos hoy una cerveza de hace cuatro años notaríamos que no sabe igual

A diferencia de lo que ocurre con el vino, el consumidor de cerveza no valora que haya diferencias entre la producción de uno u otro año, pero, como ocurre con las uvas, la cebada cambia por temporadas. “Tienes que adaptar el proceso a la cebada de cada año”, explica el maestro cervecero. “Luego cuando vas a cocción podemos jugar con las temperaturas o mezclando tanques. Lo que ha variado en el campo lo podemos corregir en el proceso”. Aún así, asegura, es imposible que no haya variaciones.

Si probáramos hoy una cerveza de hace cuatro años notaríamos que no sabe igual, pero nuestro paladar se adapta poco a poco a los cambios, pues se realizan nuevas tiradas de cerveza todas las semanas. Lo importante es que no haya cambios bruscos, y en esto han ayudado mucho los adelantos tecnológicos.

Fabrica5 Las antiguas calderas de 1900 dejaron de utilizarse en en 1987, pero se han restaurado y siguen en perfecto estado de revista.

“Probablemente ahora hagamos la receta ideal que buscaba el cervecero de hace 80 años, que las pasaba moradas para hacerla”, explica Fumanal. “En estos tanques de germinación es importante que la temperatura sea constante. Hace 80 años había un tipo clavando un termómetro cada hora a ver cómo iba, ahora hay un PLC [un “Controlador lógico programable”] que te asegura que no se mueve medio grado”.

El maestro maltero actual, David Barranco, es hijo y nieto de los malteros que han llevado este proceso desde los años 30. “El trabajo ha cambiado muy poco, pero su padre curraba como un animal y tenía que hacer que las cosas ocurrieran, él ahora tiene un ordenador y solo tiene que vigilar que las cosas ocurren como deben ocurrir”, explica Fumanal.

Un ser vivo que hace lo que le viene en gana

Pero, pese a que los adelantos tecnológicos hacen a los cerveceros la vida más fácil, el proceso depende de un ser vivo, que a veces hace lo que le viene en gana. “La cerveza se elabora con un grano que remojas, que germinas, malteas, cueces y fermentas, y hay un proceso bioquímico que depende de unas encimas y una levadura, que mimas, controlas y tratas, pero de vez en cuando se le va la olla”, explica Fumanal.

Conseguir que todo esté exactamente igual, que no haya contaminación, requiere mucha atención

Como apunta el maestro cervecero, cuando se hace cerveza en pequeñas instalaciones, para tiradas de tipo artesanal, suelen salir siempre bien las primeras tandas, pero lo más difícil es lograr que salga bien la tercera cerveza. “Hacer cerveza es fácil, pero limpiar los recipientes es lo complicado, conseguir que todo esté exactamente igual, que no haya contaminación, requiere mucha atención”, explica. “Hay un montón de analíticas que te dicen cuando las cosas empiezan a ir mal y tienes que hacer intervenciones. Se para, se limpia, y se vuelve a fabricar. Es un trabajo constante. No te puedes dormir porque la has liado”.

Fabrica10 La fábrica es como un tunel del tiempo.

Cualquier cambio importante en las materias primas es también un auténtico quebradero para un maestro cervecero. “Para elaborar la Export [una de las cervezas de La Zaragozana] comprábamos a una maltería en Bélgica”, explica Fumanal “No llevaba ni un año, y me dijeron que iban a cerrarla en tres meses. Compre todo lo que pude, pero pasé seis meses por las malterías europeas a ver quién me la hacía, porque nadie le daba ese toque. Al final encontré una que tenía un maltero que tostaba a mano, lo probamos, dio con la chispa y nos la empezó a mandar desde Francia”.

Las fábricas, además, suelen emplear distintos tipos de lúpulo, no solo para jugar con los sabores, sino también por una cuestión de seguridad. “El año pasado en León hubo un drama con el lúpulo, hubo una tormenta a finales de mayo y se fue al garete la mitad de la cosecha”, explica el maestro cervecero. Y algunos fabricantes que dependen enormemente del lúpulo tipo nugget, que es el que se cultiva en España, las están pasando canutas para cambiarlo.

Fabrica4 Aunque el maestro cervecero tiene un muestrario de lúpulos, en la actualidad se utiliza siempre prensado en forma de pelet.

El secreto está en el lúpulo

El lúpulo es junto a la cebada (y los otros cereales que acompañan o no a esta, como la sémola de maíz o el arroz), la levadura y, claro está, el agua, el otro elemento clave de la fabricación de cerveza: la planta responsable de darle a la cerveza su sabor característico. Y su uso, explica el maestro, es lo que más ha cambiado en los últimos años.

Los nuevos avances en la fabricación de cerveza tendrán que ver con un uso más racional del lúpulo

Cada vez es mayor la variedad de lúpulos disponibles y mayor el interés del consumidor por probar cervezas distintas: un boom que empezó en Estados Unidos, donde las fábricas de cerveza artesana crecieron de forma espectacular, y que poco a poco está llegando al mercado de masas europeo.

Fue en Estados Unidos donde se empezó a practicar el dry hopping, esto es, el añadido del lúpulo en seco tras la fermentación, lo que permite jugar enormemente con los aromas y lograr cervezas mucho más sabrosas. “El amargor se pasa bastante bien mediante calor, con una infusión”, explica Fumanal. “Pero, claro, si pongo el lúpulo muy caliente la parte aromática se pierde. Ahora hay estrategias para mantener el aroma, y hay lúpulos que se añaden en caliente y otros en frío”.

Fabrica2 Fumanal en uno de los tanques de fermentación, donde prepara la nueva edición de Ambiciosa, una cerveza que elabora cada año en edición limitada y con carta blanca.

La nueva elaboración de Fumanal, una IPA (Indian Pale Ale) que acaba de estrenarse, va por otros derroteros y, asegura, sigue un proceso único en el mundo. En vez de transmitir el aroma del lúpulo en seco, se elabora una cerveza de una enorme graduación (20º), que exprime al máximo el lúpulo, y luego se rebaja con una Ale normal. “[En las primeras pruebas] usábamos una cantidad de lúpulo enorme, que era caro y poco sostenible, pero subiendo la cantidad de alcohol y aumentado la temperatura podíamos usar menos lúpulos y sacar mayores aromas”, explica Fumanal.

En opinión del maestro cervecero, los nuevos avances en la fabricación de cerveza tendrán que ver con un uso más racional del lúpulo: “Si queremos que en este mundo quepan 12.000 millones de personas tenemos que ser eficientes. A veces la gente cree que los cerveceros nos preocupamos solo por el coste, pero también nos preocupamos por el medioambiente, no podemos tener dos hectáreas de lúpulo para dar placer a una cerveza. Interviene en el proceso solo para dar aroma, no es un alimento”.

Visita a la fábrica de La Zaragozana
¿Dónde? C/Ramón Berenguer IV, Zaragoza.
¿Cuándo? Lunes y martes a las 18:30 h; y, de miércoles a domingo en dos pases: uno a las 11:30 h y otro, a las 18:30 h.
¿Cuánto? 6 € por persona (los menores de 18 acceden gratis y los mayores de 12 años siempre deben estar acompañados de un adulto).
¿Cómo? Reservas de visitas en la página web de Ambar.

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Gastroguía de Toledo: qué comer en la ciudad imperial (y qué restaurantes no debes perderte)

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Toledo

Conocida como “La ciudad imperial” por haber albergado la corte de Carlos I de España (V de Alemania), Toledo es hoy una de las ciudades más turísticas de España, con un impresionante caso histórico que fue declarado Patrimonio de la Humanidad ya en 1986.

Casi un millón de turistas pernoctan todos los años en Toledo y sus angostas calles parecen diseñadas para ellos: es imposible transitar 100 metros sin encontrar una tienda de espadas, mazapanes o productos típicos, muchos creados ex profeso para los turistas. Lo mismo ocurre con la restauración: el “menú regional” puede conquistar a un guiri, pero ¿queda algo verdaderamente auténtico en la ciudad?

Turistas Toledo

Los 5 platos más típicos de la gastronomía toledana

Lo cierto es que Toledo tiene una gran tradición culinaria, producto de su enorme mezcla de culturas. Fue allí donde se publicó, de hecho, el primer tratado de cocina en lengua castellana, El libro de Guisados de Ruperto de Nola, en 1529; y donde se elaboró el primer manual de repostería en nuestra lengua: Los quatro libros del arte de la confitería, publicado en 1592 y escrito por Miguel de Baeza.

Hoy, afortunadamente, la cocina tiene poco que ver con la que se preparaba en el siglo XVI, pero Toledo preserva una serie de platos tradicionales que es obligado probar si se está de visita.

1. Perdiz estofada

Perdiz Toledo

La cocina de Toledo está fuertemente influenciada por su entorno, que no es otro que unos montes con una enorme tradición cinegética. Es por ello por lo que en sus restaurantes encontramos platos de caza de todo tipo –como la perdiz escabechada, el conejo al ajillo o el gazpacho manchego–, pero de entre todos sobresale la perdiz estofada, uno de los platos más populares de la cocina toledana.

Esta perdiz se prepara en un guiso con ajo, cebolla, laurel, vinagre y hierbas aromáticas como el azafrán o el tomillo. Se sirve muy caliente. Se conoce también como “perdigones”, pues al ser un plato de caza puedes encontrarte estos mientras lo disfrutas.

2. Carcamusas

Uno de los platos más típicos de Toledo que apenas se encuentra cruzado el Tajo. Se trata de un guiso de carne de magro de cerdo con tomate y verduras, principalmente guisantes, que recuerda mucho al magro con tomate andaluz, pero con un toque ligeramente picante.

Se sirve en tapa o raciones en la mayor parte de los bares de Toledo, aunque el más famoso es el que se prepara en el Bar Ludeña, donde cuentan además que surgió el nombre del plato, pues sus clientes eran personas mayores “carcas” y mujeres jóvenes “musas”.

3. Cochifrito

Cochifrito

El cochifrito es un plato típico de la cocina castellana que aunque debe su nombre a que se preparaba con cochinillo, también se encuentra muchas veces con cabrito o cordero. Se trata, sencillamente, de una de estas carnes cortada en dados, guisada a medias y, después, frito en aceite con ajo.

4. Arroz a la toledana

Arroz Toledana

Este arroz típicamente toledano, inexistente en otros lugares, se elabora en cazuela con pollo, congrio, calamares, setas y manteca de cerdo. Es un tipo de arroz caldoso que nada tiene que ver con la paella: ojo con llamarlo así que puedes provocar un infarto a cualquier valenciano.

5. Mazapán

La primera referencia escrita de este producto se remonta al año 1512 y, según Clemente Palencia Flores, antiguo archivero municipal de Toledo, resulta verosímil que el mazapán fuera inventado en el convento de San Clemente de Toledo tras la batalla de las Navas de Tolosa, en 1212.

En realidad, lo más probable es que el mazapán sea un dulce de origen árabe que se hizo muy popular en la ciudad, único sitio en el que hoy en día se sigue vendiendo y consumiendo fuera de las fechas navideñas.

Si queremos probar el que es considerado el mejor mazapán del mundo es de visita obligada el obrador Santo Tomé, en el centro histórico de la ciudad (Calle Santo Tome, 3).

Toledo Calle

Bares de raciones y tapas

Si se quiere comer mejor por menos, conviene salirse del recorrido turístico establecido. En los bares de Toledo se acostumbra a poner tapa con la consumición y si quieres probar de todo y no acabar por los suelos puedes pedir una “pochola”, el corto o zurito en versión toledana, que siguen sirviendo en algunos bares.

En Toledo se puede comer de lujo de raciones si apostamos por los bares recomendados por la parroquia local. Y estos son sus establecimientos favoritos.

Bar Ludeña

Si preguntas a un toledano por un sitio para tomar unas raciones seguro te hablará del Bar Ludeña, una institución de la ciudad, por la que parece que no ha pasado el tiempo. Siempre hasta arriba de clientela tomando botellines (muy fríos), lo típico aquí son las carcamusas (ración a 8 euros), que como decíamos fueron un invento suyo.

Otras especialidades son la tortilla de patata, que se acompaña de la misma salsa de tomate que las carcamusas, la perdiz a la toledana, el estofado de ciervo, el asadillo o el lomo de orza. Tienen también menú del día, pero no es nada del otro jueves.

Plaza Magdalena, 10

Bar Skala

Un bar de barrio muy popular entre los locales, perfecto para lo que viene ser tomar unas cañas. Los bocatas son buenos (con pan de verdad), hay boquerones en vinagre caseros, “polvorones” –huevos con bechamel–, “jamusinos” –una especie de San Jacobo casero–, una excelente tortilla de patata y unas raciones de champiñones que son toda una institución (mucha gente en Toledo lo conoce de hecho como ‘El champi’).

Cuesta de la Sal, 5

El Trébol

Esta cervecería, ubicada dentro de una antigua alcazaba islámica, cuenta con vestigios arqueológicos de la ocupación romana. Y, además, unas tapas súper conocidas en Toledo. Hablamos en concreto de la bomba –una patata rellena de carne, pimientos, salsa ali-oli y tomate picante– (3,80 euros) y la pulga –un minibocata de lomo, pimientos, jamón y salsa de pimienta–.

Calle de Santa Fe, 1

Cantharellus Korokke

El más moderno de los bares de esta guía se ha hecho muy conocido en unos pocos años por sus croquetas de multitud de sabores como chipirones en su tinta, berenjena, pincho moruno o manitas de cerdo.

Plaza Capuchinas, 2

Toledo Vistas

Restaurantes dónde comer bien y barato

Recorrer Toledo es una paliza: todo son cuestas. Por eso no está de más buscar un lugar donde sentarse a comer y relajarse. Aconsejamos, en general, huir de la multitud de menús turísticos que, aunque alimentar alimentan, suelen dejar bastante que desear. Estos locales, de un precio medio entre 20 y 30 euros ofrecen mucho más por muy poca diferencia.

Escuela de hostelería de Toledo

Curiosamente, el restaurante de Toledo mejor valorado en Tripadvisor es el que abre la escuela de hostelería de la ciudad de octubre a junio para que sus estudiantes hagan prácticas. Oferta un menú gastronómico único de 12 platos salados y 4 dulces por 25 euros que recibe críticas unánimes sobre su excelente relación calidad-precio. Imprescindible reservar con bastante antelación.

Avda. de Castilla-La Mancha, 30

Colección Catedral

Gastrobar del chef Adolfo Muñoz, donde muestra la cocina que ha hecho famoso a su restaurante Adolfo en un ambiente más informal (y a menor precio). Tiene una carta corta y un menú de 16,50 euros compuesto por tapas tradicionales y modernas.

Calle Nuncio Viejo, 1

Clandestina de las Tendillas

Cocina de mercado en un restaurante muy agradable, con barra, varios salones y una gran terraza en verano ubicada en un patio interior. En la carta encontramos platos tradicionales como carrilleras, mollejas, albóndigas de ciervo o callos, pero también especialidades internacionales como raviolis de pasta fresca, magret de pato o tataki de atún. Se puede comer (bien) por entre 20 y 30 euros.

Calle Tendillas, 3.

Venta de aires

Este restaurante es el más antiguo de toda Castilla-La Mancha. Cuando abrió en 1891, estaba situado en las afueras de la ciudad. Hoy está a las puertas del casco antiguo. Popular establecimiento para celebrar bodas y comuniones, su cocina sigue siendo una institución de la ciudad y dispone de opciones para todos los bolsillos, como un menú del día de 22 euros y uno de “degustación”, que incluye su famosísima perdiz estofada, por 27 euros.

Paseo Circo Romano, 35

Toledo Vistas 2

Restaurantes de precio alto

También en Toledo hay espacio para restaurantes de alta cocina que bien merece una visita. Son estos:

La Orza

Continuamos con algunos cambios en nuestra carta. ¿Os gusta el pisto Tenemos la mejor propuesta. Milhoja de pisto crujiente con queso de cabra Un plato delicioso, con sabores tradicionales y una mezcla de texturas sorprendente. Plato del pasado, inspiración del futuro. @davidmendezperea @restaurantelaorza www.restaurantelaorza.com 925223011 We would like to introduce you one of our new dishes. Do you like pisto We have the best proposal. Crispy ratatouille with goat cheese and quince sweet. A delicious dish, with traditional flavors and a mixture of surprising textures. Dish of the past, inspiration of the future. @davidmendezperea @restaurantelaorza www.restaurantelaorza.com 925223011 #pistomanchego #foodporn #restaurantelaorza #restaurante #bestrestaurant #comfortfood #terrazatoledo #michelinstar #michelinchef #michelinguide #restaurantetop #comidamanchega #food #yummy #fotografiagastronomica #gastroart #gastronomia #gastronomy #gastropost #comida #comidasana

Restaurante de aire rústico, en plena judería toledana, que ofrece una cocina tradicional actualizada. Son especialidades de la casa el lomo de orza con semifrío de queso parmesano y praliné de piñones, la perdiz deshuesada al estilo toledano sobre arroz caldoso o el brownie de rabo de toro. El precio medio ronda los 40/50 euros.

Calle de Descalzos, 5

Hierbabuena

Ubicado en la circunvalación del casco histórico, con vistas al Tajo, este restaurante ofrece cocina regional e internacional de calidad, a un precio medio que no suele superar los 50 euros. Entre semana tiene menú del día y, siempre, un menú degustación de 47 euros que incluye especialidades como las zamburiñas gratinadas con alioli de azafrán sobre coca de verduritas o los tacos de carrilleras con un toque asiático.

Ctra. Circunvalación, 1

Adolfo

Quizás el restaurante más conocido de Toledo, repartido entre dos antiguas casas del centro histórico, que destacan por su elegante interior y su patio-comedor del s. XII. Su cocina es obra de Adolfo Muñoz, conocido chef que atesora 38 años de oficio. Destacan su famosa perdiz roja de Toledo, con seis aromas y texturas y el lechón confitado a baja temperatura en su jugo. Planea gastar en torno a 70 euros.

Calle Hombre de Palo, 7

Desayuno y brunch en Toledo

Cafe

La ciudad está plagada de cafeterías donde poder disfrutar del típico desayuno, tostada o bollería y zumo por en torno a 2,5 y 3 euros, pero si buscas algo más especial los locales recomiendan apostar por el pincho de tortilla de la cafetería Yogui (Plaza Santiago de los Caballeros, 3), acompañado de un buen café espumoso; y El Nuevo Almacén (Calle Nueva, 7), popular bar entre los toledanos que trabajan en el Casco, que ofrece un gran surtido de tortillas rellenas.

Si lo tuyo es el brunch en Toledo no hay demasiadas opciones, el Café del fin (Calle Taller del Moro, 1), ofrece un completo desayuno proteico con café o infusión, zumo de naranja natural, croisant o similar, huevo cocido y tostada de pan payes con aceite. También tienes la opción de darte un homenaje en el Parador de Toledo (Cerro del Emperador, s/n) y disfrutar de su famosos buffet libre de desayuno que te permite estar alimentado una semana.

Imágenes | iStock/Boris Kasimov/Venta de Aires/Niko Kaptur
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Gastroguía de Murcia: qué comer en la ciudad huertana (y qué restaurantes no debes perderte)

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Murcia

La ciudad de Murcia tiene un patrimonio histórico-artístico, cultural y culinario que debería ser envidiable, y que sin embargo no ha sabido ponerse en valor como merecería. Ahora parece que poco a poco va haciéndose un hueco como destino de referencia gastronómico, con una cocina que ha sabido absorber muchas influencias para crear una identidad propia.

El buen clima y la multitud de locales que llenan el centro convierten a Murcia en un lugar perfecto para disfrutar del aperitivo, el tapeo, las terrazas y las raciones compartidas en barra todo el año. Junto a esta cocina más informal han ido surgiendo voces propias de nuevos cocineros con restaurantes que ofrecen propuestas personales para quienes busquen una cocina más creativa y refinada, aunque nunca se pierden de vista las raíces de la tierra.

Los cinco platos más típicos de la gastronomía murciana

Murcia

La cocina murciana es un reflejo puro de su situación geográfica y su pasado histórico. En sus platos se deja ver la identidad propia de la cocina mediterránea levantina pero también está la huella andaluza y manchega, sin olvidar el peso de la cultura árabe. Y como nexo de unión de todo está la huerta y sus tradiciones, el auténtico patrimonio local que intenta sobrevivir a pesar del poco respeto que se ha tenido por conservarlo en condiciones.

Por suerte, es la cocina más tradicional la que sigue presente en muchas casas y que se mantiene en los principales bares de tapas y restaurantes, con los productos de la huerta como grandes protagonistas.

Verduras y hortalizas, frutas y frutos secos, arroces y legumbres protagonizan muchos platos, además de multitud de productos del cerdo. Las carnes se completan con conejo, cordero y cabrito, que compiten con los pescados y mariscos que llegan de la costa cercana, sin olvidar los salazones.

1. Marinera (y sus variantes)

Marinera

Es LA tapa que no puede faltar en una visita a las barras murcianas. Consiste en una rosquilla larga de pan crujiente sobre la que se deposita una generosa capa de ensaladilla -a la murciana-, la cual a su vez actúa como cama de una anchoa. Por supuesto, hay opiniones para todos los gustos sobre cómo debe ser la marinera perfecta y dónde preparan la mejor; toca probar varias opciones antes de lanzar un veredicto.

Lo importante es que la rosquilla sea fresca para que aguante, que la ensaladilla esté esponjosa y jugosa sin desparramarse, y que la anchoa sea de primera calidad. En algunos lugares cortan el pescado en tres piezas para poder comerla mejor.

Si en lugar de anchoa lleva boquerón se denomina marinero; cuando tan solo tenemos la rosquilla con ensaladilla tenemos una bicicleta, y la unión de boquerón y anchoa es un matrimonio.

2. Zarangollo

Zarangollo

Plato humilde típicamente huertano que aprovecha las hortalizas de temporada para crear un bocado muy sabroso, nutritivo y saciante, que además apetece a cualquier hora del día, caliente, tibio o incluso fresco, como si fuera una ensalada.

Parte de una fritada de calabacín y cebolla cocinada sin prisas para dejar las hortalizas casi deshechas, pudiendo llevar o no también patata. Al final se añaden huevos batidos para crear una mezcla jugosa y esponjosa, sin dejar que cuajen del todo, como si fuera una tortilla. El zarangollo jamás debe ser seco ni tampoco resultar muy aceitoso, perfecto para mojar pan.

3. Pastel de carne

El pastel de carne murciano es una especialidad única de la que nunca he encontrado nada parecido en nuestro país, ni fuera. Jorge Guitian ahonda aquí sobre sus características y posible origen, relacionándolo con un producto también peculiar de Portugal. En cualquier caso, salvo que seas vegetariano, es obligatorio probarlo.

Consiste en una especie de empanada -más bien un tipo pie anglosajón- con base de masa quebrada, relleno jugoso y generoso y una tapa superior hojaldrada de muy compleja elaboración, en finas y crujientísimas capas circulares superpuestas. La receta del relleno puede variar según el maestro, pero esencialmente se compone de un picadillo de carne que guarda en el centro piezas de chorizo y huevo duro.

4. Arroces

Arroz

Siendo una cocina levantina tampoco faltan los arroces, contando con la influencia alicantina y una gran materia prima, como es el arroz bomba de Calasparra con Denominación de Origen. En la ciudad de Murcia abundan más los arroces de la huerta pero hoy en día también llegan muchos productos de la costa para hacer versiones marineras. El caldero, eso sí, yo recomiendo tomarlo mejor en el litoral, que para algo nació en el mar.

Arroz huertano con hortalizas de temporada, con costillejas (costillas de cerdo), arroz y conejo, arroz con serranas (caracoles)... En Murcia también es un plato típico de fin de semana pero es fácil encontrarlo como parte de los menús del día de muchos locales, en raciones o como especialidad para compartir. Nos gusta tomarlo con limón partío en la mesa para regarlo al gusto.

5. Paparajotes

Murcia Paparajote

Y hablando de limón, el paparajote no podía faltar como dulce icónico murciano. La repostería de Murcia es mucho más variada y tiene muchas especialidades tradicionales que merece la pena descubrir, pero sin duda los paparajotes se han ganado su puesto como postre más popular y querido.

Es simplemente una masa muy líquida de huevo, azúcar y harina en la que se rebozan hojas de limonero antes de freírlas en abundante aceite. Se terminan con una mezcla de azúcar y canela y se sirven calientes, recién hechos, procurando apartar la hoja interior que solo sirve como sostén y para dar su delicioso aroma al dulce.

Bares de raciones y tapas

Murcia

Para comer bien sin dejarse el bolsillo en Murcia solo hay que patear el centro histórico. Conviene evitar los puntos turísticos más cercanos a monumentos y museos -mejor evitar la Plaza del Cardenal Belluga, donde luce la catedral en su esplendor, y alrededores, y simplemente seguir a las multitudes locales que abarrotan barras y terrazas.

Hay dos grandes zonas de tapeo: “las tascas”, en la zona de la Facultad de Letras, con gran ambiente universitario pero también con público de todas las edades, y la Plaza de las Flores, al otro lado de la Gran Vía. También hay buenos locales por el Barrio de San Juan y Santa Eulalia, aproximándonos a la Plaza de Toros, y en la Avenida Alfonso X que, esperemos, pronto será completamente peatonal.

Las Jarras

Una de las tabernas míticas del ambiente universitario que prácticamente no ha cambiado nada en treinta años. Buenas cañas y tapeo básico pero con el que quedarse bien satisfecho, y con ese sabor a “auténtico” que solo tienen este tipo de sitios de toda la vida. Ricas bravas, tigres y montaditos, especialmente los de queso a la plancha y sobrasada.

Aquí además son famosos los Reclutas, que tienen incluso versión especial y generan competiciones y retos para ver quién aguanta a comer más. Es un pincho que consiste en un panecillo relleno de magra de cerdo, frito en freidora y servido con una generosa capa de salsa picante.

Calle Mesegueres, 1

El Garrampón

Otro bar emblemático que continúa conquistando a nuevas generaciones de estudiantes que siguen acudiendo a hacerse un hueco muchos años después de terminar sus años universitarios. Toda la cocina de nuevo es muy típica con recetas caseras tradicionales, siempre con producto local y sin florituras.

Suelen bordar las patatas, muy buenas simplemente asadas acompañadas de su ajo -alioli-, las tostas y los montaditos, muy variados. Además tienen embutidos murcianos y hacen buenos guisos, destacando los típicos michirones, plato imprescindible de la cocina huertana.

Calle Siervas de Jesús

Los Zagales

Murcia Los Zagales

Es raro pasar por la puerta y no ver gente dentro, conviene ir pronto para coger sitio ya que tiene buena fama entre los locales y está en un lugar de paso muy turístico, cerca de la Catedral. Bar de tapas típicas con ambiente también típico, quizá algo antiguo o más bien nostálgico, con muchas fotos de otros tiempos y barriles en el techo.

La carta es variada en tapas, raciones, montaditos y tostas, con muchas referencias clásicas locales entre las que no faltan la marinera, la ensalada murciana, los michirones, el zarangollo, los caballitos o el pulpo al horno.

Calle Polo de Medina, 4

Las Mulas

Las Mulas

Todo un clásico para tapear en la zona de la Plaza de las Flores, recientemente renovado pero que mantiene el espíritu original de buen tapeo sin florituras superfluas, aunque yendo un poco más allá de la taberna más de barrio. Hay menú del día durante la semana con guisos y arroces según la temporada.

En la larga barra se exponen las tapas del día y otros productos típicos murcianos, aunque también se puede comer en mesa. El producto es de gran calidad, con hortalizas y verduras muy sabrosas y buena selección de pescados y mariscos de la lonja.

Calle Ruipérez, 5

Pastelería Café Bar Zaher

El pastel de carne normalmente se puede comprar en pastelerías y panaderías por toda la ciudad, pero en el Zaher además puedes tomarlo con unas cañas y algo más de picoteo.

El original cerró hace no mucho por jubilación y casi crea un cataclismo en la ciudad; por suerte sus herederos volvieron a la carga reabriendo un local renovado que sigue ofreciendo uno de los mejores pastelicos de Murcia -si no el mejor, según a quién se pregunte-.

Calle Riquelme, 13

Restaurantes donde comer bien y barato

Si queremos sentarnos para comer un poco mejor, en el sentido de buscar mantel, servicio más personalizado y menos codazos, hay muchos locales que compaginan el alma de taberna con un comedor un poco más amplio. La cocina tradicional suele ser la apuesta más segura en los locales que llevan muchos años con la confianza del público local.

Los Navarros

Los navarros

En la calle donde se sitúa este restaurante-taberna encontramos varios sitios clásicos y nuevas aperturas que buscan atraer con propuestas más modernas, pero solo los más míticos como Los Navarros siguen al pie del cañón. En este caso tenemos la opción de tapear de forma más informal o apostar por el comedor o la terraza, en la plaza contigua.

Aquí hay una carta extensa de nuevo con la cocina murciana más tradicional de base. Buen producto, buena ejecución y pocas sorpresas, todo a un precio más que razonable. Gran selección de tapas típicas, tostas, ensaladas y raciones, buenos embutidos, varios arroces y buenos platos de pescados y carnes, además de postres caseros. Hay menú del día a 10€ en mesa de dos platos -con variadas opciones a elegir-, pan, bebida y postre de la casa.

Calle Simón García, 9

Pura Cepa

Pura Cepa

Cruzando la mencionada plaza del Cristo del Rescate vemos haciendo esquina este local que abrió hace ya unos cuantos años sorprendiendo al público de la zona. Ofrece una carta que parte de los productos y recetas tradicionales de Murcia pero con una visión renovada, utilizando técnicas más modernas y toques actuales más creativos, cuidando mucho la presentación.

En su carta hay una variada oferta de tapas y entrantes, embutidos y quesos seleccionados y varias opciones de carne y pescado. Son populares las croquetas de gamba roja, el pulpo, los platos de verdura y las mini hamburguesas. Además, como no podía ser menos con ese nombre, tienen una amplísima bodega y mediante el "Puro Vino Club" organizan actividades y catas.

Plaza Cristo del Rescate, 8

La Pequeña Taberna

La Pequeña Taberna

En la Plaza de San Juan y calles cercanas también se encuentran buenos locales ya clásicos en la gastronomía murciana, donde normalmente se viene en familia o grupos de amigos. Este restaurante es otro de los de toda la vida que siguen confiando en la materia prima y los sabores de siempre, pero con un punto más en calidad, ciertos toques creativos y algo de humor.

El ambiente “rústico-chic” del que hace gala te recibe desde la calle, con un despliegue decorativo algo exagerado de productos de la huerta y enseres tradicionales, algo que continúa en el interior. Hay recetas de toda la vida pero con un punto personal, como los famosos Huevos de Miguel -huevos rotos con patatas panadera y virutas de jamón ibérico- o el “calamar negro y feo”. Las raciones suelen ser abundantes y se puede comer por unos 25-30€, aunque el banquete puede subir hasta los 45-45€.

Plaza San Juan, 7

Jota Ele

Jotaele

La estética del local es curiosa por el alicatado blanco y el ambiente en general algo retro, pero el interior es agradable y también dispone de buena terraza. Está a un paso de la Plaza de las Flores y puede ser un buen sitio para empezar a tapear o directamente para entrar a comer o cenar en otro plan.

El Jota Ele es otro restaurante que resiste al paso del tiempo y aquí intentan cuidar mucho al cliente, quizá a veces pasándose con la atención si uno no está acostumbrado. Sus alcachofas con jamón y las croquetas reciben buenas alabanzas, así como la fideuá con bogavante, guisos caseros y pescados de la lonja del día. Precio medio de 30€, dependiendo de las bebidas.

Plaza Santa Isabel, 6

Restaurante Real Casino

Real Casino

El Casino hay que visitarlo sí o sí, aunque no sea para comer. Aquí ya hemos hablado de este lugar emblemático, un palacete del siglo XIX restaurado y acondicionado para uso de los socios y disfrute de los visitantes, que además dispone de espacio para exposiciones y, por supuesto, un estupendo restaurante.

El comedor se sitúa en un patio interior muy agradable que invita a relajarse y disfrutar sin prisas. Aquí se ofrece una cocina que aúna tradición y modernidad, partiendo de las raíces murcianas de la huerta pero adaptándolas a técnicas y presentaciones más modernas. La carta incluye varios entrantes -muy buenos salazones-, hortalizas locales más vanguardistas y platos de carne y pescado de temporada. Para comer bien por unos 30€.

Calle Trapería, 22

Keki Tapería

Keki

El restaurante de Sergio Martínez se ha convertido en uno de los mejor valorados por público y crítica en muy pocos años, gracias a una cocina creativa que sorprende por la calidad de las propuestas, siempre con una base de producto de primera categoría.

Keki es perfecto para comer o cenar tapeando cuando queremos subir un poco de nivel y nos hemos cansado de los platos de siempre. Por unos 30€ tendremos una experiencia gastronómica estupenda, con propuetas como la ostra con manzana y aliño asiático, el pepito de ternera y mantequilla o las gambas del mediterráneo con bearnesa de azafrán. Hay menú degustación por 35€, sin bebida.

Calle Fuensanta, 4

Restaurantes de precio alto

Para una ocasión más especial subiendo algo más de precio también tenemos buenas opciones donde darnos un pequeño -o gran- homenaje. Aunque algunos de los mejores establecimientos obligan a desplazarse fuera del centro, también hay restaurantes no muy alejados del casco histórico donde merece la pena rascarse el bolsillo sin dejar las raíces murcianas.

Alborada

Alborada

Muy cómodo por su situación en pleno centro, Alborada es una estupenda elección si buscamos algo un poco más especial y cocina más refinada. Tiene una barra donde se puede tapear o tomar el menú del día y un salón de ambiente moderno muy agradable, además del reservado especial.

El chef David Muñoz cuenta con la experiencia heredada de su padre y describe así la filosofía del restaurante: "Nuestra cocina trata de avanzar desde unos valores tradicionales, con un delicado y personal tratamiento del producto". Cocina de mercado, productos de primera calidad y recetas con un punto creativo y ejecución impecable. Destacan particularmente sus pescados y mariscos.

Calle Andrés Baquero, 15

Taúlla

Taulla

El joven cocinero Julio Velandrino abrió su particular restaurante después de ganar cierta popularidad tras su paso por Top Chef. Se encuentra al norte de la ciudad, en Espinardo, dentro de un antiguo molino de pimentón que le da un ambiente muy especial. A Taúlla se va a dejarse sorprender por la cocina de mercado más actual con platos vanguardistas donde prima, sobre todo, el amor por las verduras.

Pero Velandrino también borda los platos con sabores marineros, con creaciones muy originales que dan la vuelta a los arroces de toda la vida y ya enamora con alguna que otra arriesgada presentación. No hay carta tradicional, el menú cambia según la temporada y es obligatorio reservar.

Calle Antonio Flores Guillamón, 2 (Espinardo)

Local de Ensayo

Local de ensayo

En otro extremo de la ciudad se encuentra el restaurante de David López, quien practica una "cocina de experimentación elaborada con mucho corazón". Muchos señalan sus propuestas como el renacer de la cocina creativa en Murcia, y hay quien apunta a que la estrella Michelín no tardará en llegarle.

David López presenta platos vanguardistas con técnicas diferentes basadas en años de pruebas y experimentación para sorprender con la mejor materia prima. Hay dos menús cerrados, de 45€ y 60€ sin bebidas, con recetas sugerentes como el Profiterol de carne a la moruna y emulsión de aceituna Kalamata, el Pulpo al kamado, puré de sobrasada y papel de tinta o la Paloma de caza, café e interiores.

Calle Policía Ángel García, 20 (Puente Tocinos)

Desayunos y meriendas

Pastel de manzana

En Murcia hay multitud de cafeterías por toda la ciudad y bares con buenas opciones para desayunar y merendar, sobre todo en torno a la calle Trapería y la plaza de Santo Domingo. El repertorio habitual incluye siempre pan tostado con aceite y/o tomate -opción de mermelada y mantequilla en casi todas partes-, pincho de tortilla, empanadillas, repostería tradicional y cruasanes. Entre los cafés hay que destacar el asiático -original de Cartagena-, aunque va algo cargado para tomar por la mañana.

Son buenas opciones el Café Martínez (Plaza de Santo Domingo, con variedad de tartas y algún que otro dulce argentino), Caffeto To Vintage (Plaza Joufre, buena variedad de repostería casera), Drexco (Calle Trapería, un clásico y siempre muy concurrido), Café Lab (Plaza de los Apóstoles, para sibaritas del café con muchas opciones de especialidad), Socolá (Calle Mariano Vergara 5, su especialidad es la repostería americana, tienen un brunch muy solicitado) y Pan Moreno (Calle San Antonio y Calle Jara Carrillo, panadería artesanal de referencia con gran variedad de harinas, masa madre y muchos dulces tradicionales).

Foto | iStock
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El mercado de O Berbés, uno de los más antiguos de Vigo, apuesta por la gastronomía ‘gourmet’

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Mercado Berbes

El mercado de abastos de O Berbés, es uno de los más antiguos de Vigo y, en el siglo XIX, era el único en el que se compraba el pescado en la ciudad. Hoy sigue destacando por sus pescados y mariscos, pero como tantos mercados de la geografía española busca reinventarse para atraer a un nuevo público. Y en la gastronomía parece estar la clave. A partir de mañana, 18 de junio, el mercado municipal reabrirá sus puertas tras casi siete meses de reforma y contará con un segundo piso totalmente cambiado, dedicado por completo a la gastronomía.

Con un aforo de 250 personas, el nuevo espacio estará presidido por una gran barra central. En ella se servirán todas las bebidas y los comensales podrán optar por la comida que se ofrecerá en siete puestos, en los que se servirán empanadas, hamburguesa, quesos y chacinas y comida asiática.

El recinto contará, además, con ocho pantallas gigantes –y es que a nadie se le olvida que estamos ya en pleno Mundial– y una segunda barra situada en la entrada que podrá convertirse en un escenario para acoger música en directo.

Durante toda la semana inaugural, se realizarán conciertos diarios, pero la idea de la Asociación de Empresarios del mercado es ir organizando actividades como exhibiciones de coctelería, cata de vinos, showcookings, etc.

Progreso 41 Progreso 41, el primer 'gastromercado' de Vigo.

Los gastromercados están de moda

El mercado de O Berbés es el segundo de Vigo que adapta sus instalaciones a la oferta gastronómica, después de que el mercado de O Progreso estrenara un espacio anexo bautizado como Progreso 41, en el que hay ya 17 puestos de comida, además de 10 puestos en los que se instalan tientas efímeras de artistas y artesanos.

La incorporación a los mercados de puestos con ofertas gastronómicas es una apuesta imparable en toda España, dado el éxito de esta iniciativa en mercados pioneros en este sentido como el de San Antón o San Miguel en Madrid o La Boquería en Barcelona.

La reforma del de O Berbés será aún más ambiciosa, pues en una segunda fase se planea remodelar la terraza exterior, con vistas a la ría de Vigo y una superficie de casi 500 m2.

Imágenes | Google Maps/Progreso 41
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Gastroguía de Valladolid: qué comer en la ciudad del Pisuerga (y qué restaurantes no debes perderte)

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Valladolid Restaurantes

La ciudad de Valladolid es bien conocida en nuestro país por sus vinos, por sus tapas y por sus platos tradicionales. Comer en la ciudad del Pisuerga es sencillo porque en general, es fácil acertar, tanto si se opta por la cocina clásica como si se prefiere salir de tapas a disfrutar de la creatividad de sus restaurantes.

El clima frío ha condicionado la cocina vallisoletana que se reinventa cada día para seguir siendo cocina de vanguardia con una base clásica. Los bares y restaurantes del centro, hacen de la capital pucelana un lugar perfecto para disfrutar del aperitivo, el tapeo o la buena mesa. Junto a la cocina tradicional de los clásicos y la más informal de los lugares de tapas y pinchos, los nuevos cocineros ofrecen una moderna cocina refinada, que no defrauda.

Alimentos y platos típicos de la gastronomía vallisoletana

A los siguientes productos y platos, deberíamos añadir sin duda los magníficos vinos de Valladolid, que se caracteriza por tener en su territorio un gran viñedo de mucha calidad que aporta la materia prima necesaria para hacer grandes vinos de las D.O. de Rueda, D.O. de Ribera del Duero, D.O. de Toro, D.O. de Cigales y de la D.O. Vinos de la Tierra de Castilla y León.

1. El lechazo

Plato De Lechazo Valladolid

El lechazo, o dicho de otra manera, el cordero lechal asado en el horno, es sin duda el plato que asociamos en primer lugar al pensar en una comida en Valladolid. Se trata de una carne blanca y tierna, ya que los corderos tienen menos de un mes de vida y solamente se han alimentado con la leche de sus madres. Normalmente se cocina untando con manteca la piel de la pieza a asar y horneándola hasta que alcanza un bonito color dorado. En algunas zonas de la provincia de Valladolid se asa en pinchos o brochetas, siendo las de los asadores del municipio de Traspinedo famosas por su calidad.

2. Pan de Valladolid

Pan Valladolid

El pan de Valladolid, es un alimento protegido de Castilla y Leóna través de una Marca de Garantía establecida desde 2004. Se trata de panes planos de harina candeal, panes blancos de miga prieta, con poca humedad que adoptan distintos formatos a través de las decoraciones o greñados realizados en la superficie antes de hornearlos. Son el acompañamiento idóneo para platos con salsa o jugos de cocción.

3. Patatas a la importancia

Patatas A La Importancia Con Rape Dap

Es un clásico castellano. Se trata de freír unas rodajas de patata enharinadas y rebozadas en huevo y se reservan. En una cazuela se rehogan dos dientes de ajo y una cebolla picada. Se pocha cinco minutos, añadiendo a continuación un vaso de vino blanco y otro de caldo. Tras cinco minutos se añaden las patatas y se cocina otros diez o quince minutos hasta que están en su punto. Hace poco las preparamos en Directo al Paladarcon esta sencilla receta.

4. Sopa de ajo

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Dado el clima de Valladolid en invierno, es habitual encontrarse en su repertorio gastronómico con recetas que ayuden a reconfortarse y entrar en calor. Uno de los platos más clásicos es la sopa de ajo o sopa castellana, elaborada con migas de pan, pimentón y caldo, que se suele terminar cuajando un huevo en el calor remanente y completándola si se quiere con un poco de jamón.

5. Mantecados de Portillo y Zapatillas

Mantecado De Portillo

Terminamos con un dulce tradicional, los mantecados de Portillo, que a veces se llaman Zapatillas, son unos dulces propios de Portillo, un municipio de la provincia de Valladolid, que se consumen en especial en época navideña y durante la Semana Santa. Como buenos mantecados están amasados con manteca de cerdo y recubiertos de una glasa dulce.

Ir de tapas en Valladolid

Tapas En Valladolid

Debido a la calidad de sus tapas y aperitivos, y con el empuje del Concurso Nacional de Tapas que el año pasado se convirtió en Campeonato Mundial, comer de tapas en Valladolid es una experiencia inolvidable. Además del sabor y la calidad de los productos, la esmeraza presentación y la originalidad de sus tapas no tiene igual en ninguna otra ciudad de nuestro país.

Son muchos los restaurantes y bares que participan en el concurso y que durante todo el año, ofrecen a sus clientes sus mejores tapas y pinchos, las que han participado en diferentes ediciones del Concurso Nacional y las que han ganado por su calidad, originalidad y sabor.

Aunque la lista podría ser interminable, estos son mis recomendaciones.

Los Zagales

Los Zagales

Es un clásico situado en la Plaza Mayor, en la calle de la Pasión 13, y son famosos por los numerosos premios que han ganado en el Concurso Nacional de Pinchos, con presentaciones originales. Pide un Tigretostón, la tapa de Copa y Puro o el Obama en la Casa Blanca. Creatividad y sabor en estado puro.

Villa Paramesa

Villa Paramesa

Buen ambiente en este bar de tapas, siempre muy lleno y siempre con gran calidad en sus elaboraciones. En Villa Paramesa puedes pedir tapas de alta cocina llenas de originalidad y acertarás siempre. Espectacular el Ceviche servido en barca de algas, el Camarón Mexicano o sus originales Tapas Dulces.

El Corcho

Croqueta El Corcho

Es un bar popular con buenas raciones. Destacables sus croquetas de jamón a 1.20 la unidad. Está situado en la Calle Correos, muy cerca de la Plaza Mayor de Valladolid. Conviene ir pronto porque suele estar muy lleno, dados sus precios populares.

Don Bacalao

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Situado en la Plaza Santa Brígida, su tapa Bacalao Taj Mahal fue la ganadora hace años en el IX Concurso Nacional de Tapas y desde entonces, el Restaurante Don Bacalao es uno de los lugares más recomendados para comer a base de picoteo en la ciudad. Aunque tiene buenas rabas de calamar, pulpo o jamón, lo bueno de este local como indica su nombre son los distintos platos basados en el bacalao, con más de doce raciones distintas. Hace también buenos arroces de encargo.

Bar Restaurante Jero

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En este local, las tapas son más en formato de pincho, al estilo del Norte de España, con buenas elaboraciones pero sin llegar a las elaboradas y sofisticadas presentaciones de los locales anteriormente comentados. El Bar restaurante Jero tiene buena barra muy surtida y muchísimas opciones de comer de pinchos. Está en la calle Correos, en el centro de la ciudad.

La Tasquita

Captura

Otro clásico vallisoletano, situado en la calle Caridad nº 2, es este local. Conviene no olvidar una visita a La Tasquita para probar sus Tostas de gambas o su bocadillo de solomillo al roquefort. Además es un buen sitio para comer en el comedor, con un menú muy completo en 26 euros, pero lo hemos elegido por sus tapas y pinchos a muy buenos precios.

Restaurantes para comer bien a buen precio en Valladolid

Además de comer bien de tapas y raciones, Valladolid es una ciudad llena de locales estupendos para comer, tanto cocina tradicional como cocina más moderna y creativa. Si no quieres gastar mucho, todos los restaurantes que hemos elegido para tapas, son perfectos para comer en su sala o comedor. Además de los nombrados, estas pueden ser otras buenas opciones para salir satisfecho.

El Figón de Recoletos

Figon

Excelente opción para comer cocina tradicional, con un lechazo memorable, perfecto de punto con un exterior crujiente y una carne que se deshace en la boca. El Figón de Recoletos situado en el número 3 de la calle Recoletos es una elección segura. Además del imprescindible lechazo, los pimientos, la sopa castellana y la morcilla de arroz son platos con los que siempre vas a acertar.

Martín Quiroga

Martin Quiroga

Este restaurante o gastrobar, situado en la calle San Ignacio, 17 es un pequeño local con solamente cuatro mesas aunque también se puede comer muy bien en la barra. Regentado por los hermanos Nicanor y Marcos Martín Quiroga, es una buena opción para comer bien a base de raciones (y medias raciones) a un precio de unos 30 euros por persona.

La Ferroviaria

Ferroviaria

Un clásico entre la gente joven, sitio ideal para celebraciones de grupos, grandes comidas y bueno para iniciar la noche. El local de La Ferroviaria, situado muy cerca de la estación de Renfe, pide una reforma ya que sigue teniendo el aspecto de un bar que ya es centenario. Pese al paso de los años es una buena opción para comer y beber a precios imbatibles. Recuerdo unos memorables callos con garbanzos, en la bpdega situada en la planta de abajo.

Restaurantes para disfrutar en Valladolid gastando un poco más

Si tenemos la posibilidad de gastar un poco más, la oferta gastronómica de Valladolid es magnífica, a la altura de otras grandes ciudades con platos creativos, cocina tradicional y sobre todo con un producto excepcional. Estas son nuestras recomendaciones.

Trigo

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Con una estrella Michelín desde este año, Trigo es un espacio acogedor, situado en el centro de Valladolid, una buena opción para disfrutar de su cocina contemporánea de base tradicional, basada en los productos locales de la Comunidad Autónoma de Castilla y León. Tiene una gran bodega con más de 200 referencias.

Ofrece dos menús de degustación, el Menú Festival (50€) y el Menú de la Tierra (40€) que se pueden completar con una armonía o maridaje de vinos por 25 euros más. La creatividad y buen hacer de Víctor Martín en la cocina y su mujer, Noemí Martínez, sumiller y responsable de sala, merecen una visita a Valladolid para descubrir la cocina del Restaurante Trigo.

Parrilla de San Lorenzo

Parrilla De San Lorenzo

Este clásico asador es el lugar idóneo si se quiere disfrutar de la cocina tradicional vallisoletana. Un buen lechazo, sus escabeches de caza o cualquier plato de carne, el rape o la merluza en salsa verde con almejas, son platos seguros en La Parrilla de San Lorenzo. Buen servicio, una sala grande con numerosos ambientes y buena bodega, hacen de este asador clásico una opción segura.

Sibaritas Klub

Sibaritas Klub

El restaurante de Javier García Peña, conocido como Peña tras ser participante en Top Chef. Sibaritas Klub está situado en la 10 planta del Museo de la Ciencia de Valladolid, en la Avenida de Salamanca, y ofrece al comensal una experiencia gastronómica diferente de lo habitual, con una cocina canalla y divertida, que ofrece un menú degustación de 7 pasos y otro más largo con 14, para deleite de los comensales.

Restaurante Dámaso

Damaso Valladolid

Este restaurante situado en Calle Corbeta, s/n en el Club de Campo La Galera, ofrece cocina creativa y bien elaborada. Como particularidad, cambia su menú de degustación cada mes y lo atiende su chef Dámaso Vergara, que no suele tener una carta en sentido estricto sino que se acerca a las mesas y cuenta lo que tiene para ofrecer al comensal, basándose en productos de temporada y de calidad.

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Imágenes | Lugarzen | X.Bejar | Alim. Valladolid | Tuscasasrurales | TripAdvisor | Vallisoletvm | Guía Repsol | Joao Pedro Vasconcelos

Tapas a 10.000 metros de altura, ¿es posible comer bien en un avión?

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Auxiliares Vuelo Ibera Express

Desde hace siete años, el tercer jueves del mes de junio se celebra el Día Mundial de la Tapa, un evento que trata de poner en valor la importancia de esta forma de comer tan característica de la cocina española. Al ser la gastronomía una de las principales motivaciones de los viajeros que visitan nuestro país cada año, Iberia Express lleva tres años apoyando este evento ofreciendo por sorpresa a los pasajeros de uno de sus vuelos, la oportunidad de probar algunas tapas a bordo servidas a 10.000 metros de altitud. Pero, dadas las limitaciones de las cocinas en vuelo, ¿se puede comer bien en un avión?

El chef Luis Bonastre, chef ejecutivo de la empresa Gategroup, encargada del catering del Grupo Iberia y empresa nº1 a nivel mundial por volumen, fue el encargado de diseñar un envase con algunos bocaditos salados y dulces que además sirvió personalmente a los pasajeros del vuelo Rennes-Madrid en el día de hoy.

Tapas A Bordo

En el viaje de ida, Madrid - Rennes (Francia) pudimos hablar con él para que nos contase cómo preparan los menús que se sirven en los aviones y después disfrutamos de esas tapas junto a los sorprendidos pasajeros, en su mayoría franceses, que degustaron la sorpresa gastronómica con un vermú.

La comida en los aviones

Menu Business Iberia Express

Luis Bonastre nos contó que tras su paso por algunos restaurantes de prestigio de nuestro país, se embarcó en el proyecto de GateGroup Catering, que llega en temporada alta a servir hasta 35.000 bandejas de desayunos, comidas, brunchs a bordo, y eso es de gran dificultad, teniendo en cuenta las limitaciones que tienen por espacio y por el sistema de regeneración de los alimentos para que sean servidos en perfectas condiciones a los pasajeros.

Cada mes, compran más de una tonelada de pollo, 500kg de pescados, 600kg de ternera y otros muchos productos, todos ellos de calidad y de proveedores tan conocidos como Pescaderías Coruñesas, Los Norteños, entre otros. Para hacer sus preparaciones, atienden a las peticiones de las aerolíneas, que hacen unas previsiones anuales que van actualizando en función de cambios y necesidades que se ajustan cada mes.

Menu Business Iberia Express6

Es un sistema de cocina muy atractivo, que se basa en el Make and Pack, que hace que los alimentos se cocinen en un plazo máximo de 24 horas antes de ser servidos en los vuelos. Las limitaciones son grandes, ya que las bandejas deben usar las vajillas de cada aerolínea, adaptándose a su distinto formato, y no pueden tener una altura grande ya que van apiladas para poder viajar en los carritos que se mueven por los pasillos.

El proceso es cocinar los alimentos, abatir la temperatura para su conservación, y después, regenerarlos en vuelo a través de hornos de aire caliente -en algunos aviones también cuentan con hornos con función de vapor- para servir a los clientes a temperatura ideal.

Según Bonastre, los platos que mejor funcionan son los guisos como las carrilleras o el rabo de buey, que con la salsa quedan casi como si se hubieran servido en una mesa. También funcionan bien los pescados grasos como el salmón y en general, todo plato que tenga cierta humedad para que en el proceso siga tierno y jugoso.

Las raciones vienen a ser de unos 120 g de proteína principal ya cocinada, lo que supone unos 150 a 160 g de producto en crudo, que se sirven acompañados de guarniciones de vegetales, arroces o pasta, si bien cada compañía tiene sus propios estándares fijados.

Tortilla Desayunos

Nos llamó la atención saber que las tortillas francesas del desayuno, elaboradas con huevina por razones de higiene sanitaria, se cuajan a mano, como en casa y se hacen en la tarde para ser servidas en horario de vuelo por la mañana. La que yo tomé a bordo del vuelo de ida con el desayuno no tenía nada que envidiar, ni en formato ni en textura a una recién hecha en casa.

Día de la tapa en las nubes

Tripulacion Con Tapas

Presentados dentro de una original huevera, estaban los bocados elegidos por el chef Bonastre, para servir algunos aperitivos clásicos españoles: aceitunas con tres rellenos diferentes, chorizo y salchichón acompañados de unos "picos" de pan y tres bombones de almendra con tres recubrimientos de chocolate.

Las aceitunas tipo Gordal, tenían tres rellenos distintos: anchoa en salazón, boquerón en vinagre y una inversión de Martini, es decir, una aceituna rellena de una gelee o gelatina de vermú. Estos son los aperitivos más clásicos o tapas más habituales servidas en nuestros bares cuando pedimos una bebida.

Dia Mundial Tapa 2018

Por otra parte, dos piezas de choricito y otras dos de salchichón, acompañados de un pan crujiente como los picos, ya que los embutidos españoles son preferencia habitual de los viajeros que visitan nuestro país.

Finalmente, tres almendras marconas caramelizadas y bañadas con tres coberturas distintas de chocolate, una de chocolate blanco, otra de cacao más oscura y una tercera con polvo de lima y notas cítricas que gustó mucho a los pasajeros.

La experiencia a bordo

Tapas Day Iberia

Los viajeros ya no están acostumbrados a recibir en vuelo un servicio de bar gratuito por cortesía de las aerolíneas y por eso, la sorpresa de encontrarse a bordo con este paquete con un contenido tan apetecible, resulta muy agradable. Desde que el comandante anunció que se celebraba el Día de la Tapa y comenzaron a salir los carritos conducidos por las Auxiliares de Vuelo por los pasillos, la expectación fue creciendo en el pasaje.

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Resultaba divertido ver como las cabezas se iban asomando, cómo los cuellos se estiraban para ver lo que el chef, uniformado con su chaquetilla de trabajo iba entregando fila a fila a los pasajeros. El pack con las tapas se servía con un vermú, con un vaso de mosto de uva o agua, según eligiesen los pasajeros.

Al cabo de pocos minutos, las caras estaban más alegres, agradablemente sorprendidas y se valoraba la experiencia que acababan de vivir, de una forma inesperada. Tuve ocasión de hablar con dos pasajeros, uno español y otro francés después de que probasen las tapas servidas a bordo y estas fueron sus impresiones.

Pasaje Probando

El francés, Didier Blanc, comentó que no sabía que se celebrase un Día Mundial de la Tapa y que le había encantado la sorpresa, en especial cuando preguntó que cuánto costaba y le dijeron que no tenía que abonar nada. El español José Carlos Rodríguez comentó a Directo al Paladar que esta experiencia hacía más humana la experiencia de volar y agradecía a las Auxiliares de Vuelo el detalle y la sorpresa.

Valoración de la experiencia

Auxiliares Vuelo Ibera Express

La participación de Iberia Express en apoyo de la celebración del Día Mundial de la Tapa, al margen de ser una estupenda acción de promoción y difusión de su calidad de servicio en rutas de corto y medio radio, es muy agradable para los pasajeros que viajan a España, siendo una forma de acercarse a las tapas, uno de los buques insignia de nuestro patrimonio gastronómico.

Lógicamente, dadas las limitaciones de un vuelo, no podían hacer maravillas gastronómicas ni servir o elaborar tapas a bordo. Por eso se optó por un packaging atractivo, un surtido de bocados dulces y salados todos muy fáciles de comer y, a juzgar por las caras que vi durante el vuelo en el que se sirvieron, que gustó mucho a los pasajeros del vuelo Rennes-Madrid del mediodía de hoy.

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Gastroguía de Málaga: qué comer en la capital de la Costa del Sol (y qué restaurantes no debes perderte)

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Catedral Malaga Entrada

La ciudad de Málaga es bien conocida en nuestro país y fuera de sus fronteras por sus playas, sus Museos y por supuesto por sus espetos de sardinas, sus vinos y sus platos tradicionales. Comer en la ciudad de Málaga es muy agradable tanto si se elige comer a base de tapeo en los chiringuitos, bares y restaurantes, como si se opta por una comida más formal. Estas son las claves para saber qué comer y qué lugares son los más interesantes para ir sobre seguro.

El clima soleado y la cultura andaluza son elementos claves de la cocina malagueña que desde los chiringuitos de playa a los restaurantes formales, tiene una oferta gastronómica muy completa para que todos los comensales salgan contentos y con ganas de repetir. Estas son nuestras recomendaciones para elegir dónde comer en Málaga y qué pedir.

Los cinco platos más típicos de la gastronomía malagueña

1. El espeto de sardinas

Espeto Sardinas

Las sardinas ensartadas en una caña o un espeto metálico al amor de las brassas de leña, tienen un sabor inconfundible y delicioso que hace felices a todos los que visitan la capital Malagueña, o cualquiera de sus municipios costeros.

Hace falta habilidad para ensartar las sardinas sin destrozarlas y colocándolas de tal forma que al asarse la carne quede bien jugosa bajo la piel asada, y también para que las sardinas no se caigan al darles la vuelta. Los mejores lugares para probar los espetos de sardinas en Málaga son los chiringuitos de las playas El Palo o Pedregalejo.

2. Los pescaítos fritos

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Málaga y Cádiz rivalizan en la elaboración de las frituras de pescado perfectas. Boquerones, hoquitos, chanquetes, calamares, cazón o delicias de pescado fritas son algunas de las posibilidades que tiene la fritura andaluza, siempre bien crujiente y jugosa en su interior y nada aceitosa.

3. El ajoblanco malagueño

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El ajoblanco malagueño es una deliciosa sopa fría elaborada con almendras, que se suele acompañar de unas uvas que le dan el contrapunto dulce. Esta receta tiene su origen probablemente en al-Ándalus, como una mezcla de lo que la población tenía más a mano, a saber, pan en migas, ajo, aceite de oliva, vinagre, sal, agua y almendras. Por su delicioso sabor y su efecto refrescante es una excelente sopa fría para tomar en verano.

4. El gazpachuelo malagueño

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Otro de los platos que más nos gustan es el gazpachuelo malagueño una de las recetas más tradicionales de Málaga, de la que, al igual que sucede con el gazpacho andaluz tradicional se pueden encontrar muchas versiones a cual más deliciosa.

Se trata de un plato de origen marinero consistente en un caldo de pescado con patata al que se da sabor y textura incorporando mayonesa de ajo al conjunto. En muchos hogares se acompaña de clara de huevo montada o cocida.

5. Las coquinas

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Las coquinas son una variedad de moluscos bivalvos que se consumen también en las poblaciones del levante mediterráneo donde se denominan tellinas o pechinas. Cocinadas a la marinera, o simplemente a la plancha con ajo y limón son una delicia que en Málaga saben hacer como nadie.

Comer de tapas o de raciones en Málaga

Debido a la calidad de sus tapas y raciones, comer a base de picoteo, cambiando una o dos veces de parroquia, es un plan divertido y gastronómicamente apetecible para todos los visitantes de la ciudad.

Aunque la lista podría ser interminable, estas son mis recomendaciones.

Los Gatos

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Un clásico en el centro de málaga, lugar perfecto para tomar cervezas, tapas, bocaditos y raciones. Económico y lleno casi siempre, es un buen punto para comenzar la noche. Además de pinchos y buen jamón, también son muy ricas las mini hamburguesas y montaditos. Tanto dentro como en las mesas de la terraza, la Taberna Los Gatos siempre tiene mucho público porque está muy bien situada.

Taberna Los Gatos.

La Cosmopolita

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Es uno de los imprescindibles en una visita a Málaga. Sus tapas, la ensaladilla templada, el tartar de gambas con hueso de túetano o los boquerones son platos infalibles que tienes que probar sí o sí. En la terraza es difícil encontrar sitio y la barra y el espacio interior también se llenan enseguida. Conviene ir un poco antes de la hora y situarse para encontrar sitio para comer o cenar.

La Cosmopolita Calle José Denis Belgrano, 3

El refectorium Catedral

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Con una presencia y decoración muy clásica y gran calidad en los pinchos, El Refectorium Catedral es otro buen lugar para comenzar un aperitivo o almuerzo a base de picoteo. Cuenta con una barra bien surtida, espléndidas raciones, frituras y platos novedosos.

Recomendables la ensaladilla con ventresca de atún y el pulpo a la brasa. También su tortilla de patata, los hongos a la plancha o el marisco. Además es un restaurante interesante también para comidas más formales.

Restaurante el Refectorium Catedral Calle Cervantes, 8

El KGB

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Este local con formato de gastrobar no se llama así aludiendo a la institución rusa, sino que toma su nombre del chef cordobés Kisko García, de forma que KGB significa Kisko García Bar.

Además de sus flamenquines y sus minihamburguesas, en KGB podeis pedir sus tempuras, las croquetas con una excelente bechamel, los tomates catetos y su ajo blanco con melón, entre una carta bien surtida. Dejaos aconsejar por los camareros que tienen siempre buenas sugerencias.

KGB. Calle Fresca, 12, 29015 Málaga

Restaurantes (y chiringuitos) para comer bien y barato en Málaga

Además de tapas y raciones, podemos querer comer sentados en una mesa de forma más formal. Tanto los restaurantes como los chiringuitos de las playas de la ciudad de Málaga ofrecen precios interesantes y productos de calidad.

Taberna Uvedoble

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Taberna Uvedoble ofrece una platos y tapas con productos de calidad y muy buenas presentaciones. Recomendables, entre otros platos y tapas de su carta, el Kebab de gambas al pilpil, el Taco de ropavieja o la Minipizza con manzana, queso de cabra y foie. Además, puedes disfrutar con su ceviche de pez espada, los fideos negros con calamaritos y otras propuestas siempre acertadas. Muy agradable la posibilidad de comer en las mesas de la terraza cuando están disponibles.

Taberna Uvedoble Calle Císter 15

El Farolito

Farolito

Se trata de un restaurante argentino especializado en carnes asadas a la parrilla. Es un local pequeño en el que se come francamente bien y en el que el trato con los camareros y personal de sala es muy cercano. Merece la pena dejarse aconsejar para elegir qué pieza de carne debes pedir.

El Farolito Calle Beatas 14.

El Pimpi

Barra Principal

Un clásico malagueño situado en pleno centro de la ciudad. Con un patrio andaluz tradicional o un local marinero situado al lado, puedes disfrutar de una buena comida en su terraza, con vistas al Teatro Romano de Málaga y escuchando música en directo. Evidentemente, esa situación privilegiada encarece un poco los precios, pero merece la pena porque se come francamente bien.

El Pimpi Calle Granada 62

Otros sitios donde comer bien y barato

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El Tintero es un local para disfrutar del pescaíto frito por sistema de subasta. Los camareros pasan llevando raciones y ofreciéndolas a la mesa que las pida. El Tintero está situado en la Carretera de Almeria, 99, pasado El Palo. En el barrio de Pedregalejo, son recomendables, Los Cuñaos, o Miguelito el Cariñoso.

También es un clásico El Cortijo de Pepe abierto al público hace más de 40 años. Situado en la Plaza de la Merced, es un bar sin florituras, con una cocina tradicional andaluza, y precios muy razonables.

Para las copas y cafes, los Baños del Carmen o cualquier barecillo donde disfrutar de las vistas al mar. Para tomar un vino dulce, recomendable la Antigua Casa del Guardia que esta cerca de la Alameda.

Además, Lo Güeno (Marín García, 12), El Trillo (Don Juan Díaz, 4), La Cepa (Strachan, 12), La Barra (Bolsa, 9), La Cocotte (Strachan, 6)

Restaurantes para disfrutar en Málaga gastando un poco más

La ciudad de Málaga tiene muchas alternativas para disfrutar y además de todo lo que os hemos recomendado hasta ahora, también tiene una oferta estupenda para los que pueden permitirse gastar un poco más y disfrutar de los restaurantes más selectos.

Jose Carlos García

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Con una Estrella Michelin, es un restaurante de cocina modernista situado en el Muelle Uno. Tiene una carta pequeña en la que destacan, entre otros, el steak tartar aliñado, el pescado del día, la coliflor con curry y las milhojas de chocolate. Merece la pena el menú de degustación. Calculad en torno a 90 euros por comensal.

José Carlos García Pza. de la Capilla. Puerto de Málaga

Restaurante Matiz

Matiz

Con Marcos Granados dirigiendo su cocina, Matiz es un restaurante que tiene carácter mediterráneo y aire andaluz. Es innovadora y tradicional, ofrece esa cocina de mercado basada en la calidad de la materia prima con ingredientes de temporada y proximidad. Cambia la carta dos veces al año adaptándose a las estaciones.

Tiene una carta interesante, menú ejecutivo, menú degustación y también una buena carta de coctelería.

Restaurante Matiz. Calle Bolsa 14.

Otras recomendaciones para descubrir en una visita a Málaga

Mercado Atarazana

Una parada más que recomendable es una visita al Mercado de Atarazanas de Málaga, en el que además de poder comprar en los puestos de fruta, verdura y otros productos, también hay bares para tomar pulpo, pescado frito, boquerones, anchoas, calamares, brochetas de gambas con una cerveza para acompañarlos.

Foto portada | Chemasanco
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Gastroguía de Salamanca: qué comer en la ciudad del Tormes (y qué restaurantes y bares no debes perderte)

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Salamanca

Salamanca es la ciudad que más turistas recibe en Castilla y León, y no es para menos. Su casco antiguo fue declarado Patrimonio de la Humanidad ya en 1988 y tiene dos fantásticas catedrales, todo tipo de iglesias y palacios y la universidad en activo más antigua en España, en torno a la que gira buena parte de la vida de la ciudad, eternamente joven.

Pasear por Salamanca es sumergirse en la historia de España, y los bares y restaurantes no son ajenos a ella. Como en todas las ciudades turísticas es mejor no entrar en cualquier sitio, pero hay que decir que en Salamanca se come, en general, bastante bien. Además de los platos y tapas típicos, que ahora repasaremos, de un tiempo a esta parte han abierto locales que ofrecen una cocina moderna, que merece la pena visitar. Además, Salamanca no deja de ser una ciudad universitaria, que tiene que alimentar (y dar de beber) a todo tipo de jóvenes con presupuestos limitados, así que se puede comer bueno, bonito y barato.

Los 5 platos más típicos de Salamanca

Si por algo se caracteriza la gastronomía salmantina es por su contundencia. Estamos en tierra de embutidos, y eso se nota. Las diferentes partes del cerdo se consumen de múltiples formas y no hay ningún reparo con la casquería.

El cochinillo y los distintos asados se encuentran en muchos restaurantes, y hay embutidos de la zona, como el farinato (el “chorizo de los pobres”, elaborado con miga de pan, manteca de cerdo y cebolla) que es obligatorio probar, pero en esta guía repasamos los platos que son prácticamente exclusivos de la ciudad y alrededores.

1. Hornazo

Hornazo

Aunque el hornazo, un bollo de pan relleno con diversas chacinas, es típico de muchas partes de España, es en Salamanca donde se elabora el más conocido. Normalmente lleva chorizo, lomo y jamón, a veces huevo, y la masa se elabora con manteca. Desde 2002, cuenta con una marca de garantía, que especifica la proporción de ingredientes que debe llevar.

Hoy en día el hornazo puede encontrarse en cualquier sitio, pero de toda la vida se ha comprado en las pastelerías. Los más típico son los que sirven la confitería Gil, La Industrial o La Madrileña.

2. Chanfaina

Este plato no flota en el espacio. Aunque existen diversas variedades regionales, la base del guiso es la misma, un sofrito de cebolla y ajo con carne de cordero y casquería de este. Su origen, se cree, es árabe y judío, y por ello no lleva cerdo.

En la versión salmantina, el demoledor conjunto lleva, además, sangre de cordero, arroz y huevo duro picado, y se especia con pimentón y mucho comino. Es una receta muy típica en los bares como tapa, sobre todo los días festivos.

3. Limón Serrano

Este loco plato, no muy conocido, no es típico de Salamanca ciudad, sino más bien de las sierras de Francia y Béjar, pero lo sirven muchos restaurantes de la capital y no podía faltar en esta lista.

Se trata de un plato que, en sus orígenes, se tomaba para desayunar, en concreto el día de Jueves Santo. Se trata de una ensalada de aspecto absurdo compuesta por chorizo, atún en lata, huevo duro y frito y cítricos (limón y naranja) que, se cree, usaban los pastores para conservar la carne durante más tiempo. Otras teorías dicen que lo inventó un borracho al volver de fiesta.

4. Paloma

El origen de esta tapa, omnipresente en los bares salmantinos e inexistente en el resto de España, es incierto, aunque es seguro que es relativamente reciente. Se trata de una corteza de trigo frita (tipo boca-bits), conocida en Salamanca como “cuero”, sobre la que se pone ensaladilla –aunque cada vez se encuentra con una mayor variedad de ensaladas–.

5. Bollo maimón

Maimon

El postre por excelencia de Salamanca y Zamora es este bizcocho redondo que, se supone, proviene de la palabra árabe “maímun”, que significa “feliz”. Se elabora con harina de maíz, azúcar y limón: es muy esponjoso e ideal para mojar, por ejemplo, en chocolate.

Aunque se encuentra en muchas pastelerías, lo tradicional es elaborarlo en casa. Curiosamente, es muy típico en las bodas, donde existe la tradición de bailar alrededor de él, una práctica que se conoce como “bailar la rosca”. Será por folclore.

Bares de raciones y tapas

Salamanca es una de esas maravillosas ciudades en la que las consumiciones siempre van con tapa. El modelo es más parecido al de Granada que al de Madrid: las bebidas son algo más caras, pero van acompañadas de tapas de cocina, tirando a grandes que, además, se pueden escoger. También existe la posibilidad de pedir la consumición sin tapa, lo que conlleva un descuento, pero ¿a qué estamos jugando?

Hay tres zonas principales para tapear: la plaza Mayor y su entorno, la calle Van Dyck –la zona de estudiantes, más barata, donde el cerdo es el rey– y el barrio del Oeste, que, como nos cuentan nuestros voceros, se ha puesto de moda en una onda más moderna (y cara).

Esta es nuestra selección, como siempre de manos de la sabiduría local:

La Viga

Jeta

Este bar de toda la vida es famoso por sus tapas y raciones de jeta, esto es, la careta de cerdo. Un clásico básico donde bordan este manjar del gorrino que, para quién no esté familiarizado con él, queda a camino entre los torreznos y la oreja. Se prepara asada, aunque su receta exacta, insisten, es un secreto.

También preparan bien los callos, el morro rebozado y la chanfaina. El lugar ideal para llevar a tu amigo vegano.

Calle Consuelo, 16.

La Oficina

La Oficina

Este bar, cercano a la calle Van Dyck, está un poco alejado del meollo, pero bien merece una visita. Tiene una gran variedad de tapas y pinchos para acompañar las consumiciones, aunque sus especialidades son el jamón asado y las palomas.

García de Quiñones, 10

Café Real

Aunque no es tan famoso como el café Novelty (el bar más antiguo de Salamanca, famoso por las tertulias a las que era asiduo Torrente Ballester), el Café real es quizás el más recomendable para tapear en la propia Plaza Mayor de Salamanca.

Es famoso por sus palomas y sus pinchos morunos, pero tiene una variedad inmensa de tapas. No todas son maravillosas, pero el sitio tiene mucha solera y es una delicia tomar una caña observando una de las plazas más bonitas de España.

Plaza Mayor, 9

El Bambú

Otro clásico del entorno de la Plaza Mayor (está contiguo a esta) famoso por sus pinchos de carne a la brasa que se hacen al momento y se entregan junto a la consumición. Las costillas, la panceta y la morcilla son ganadoras. También tiene pinchos más elaborados (ha ganado varios concursos con ellos) y servicio de restaurante.

Prior, 4

Tapas 2.0

Cercano a la Plaza Mayor está este bar de tapas que supuso toda una revolución en Salamanca cuando abrió en 2010 y presentó una carta con tapas más modernas, pero con mucha cabeza. En este caso no hay aperitivo con la consumición y las tapas y raciones son algo más caras, pero merece la pena. Hay un poco de todo: risottos, platos de cuchara, pinchos fríos… Son muy buenas sus bravas, su versión de la oreja o el estofado de ternera con setas. Los mismos dueños han abierto un restaurante con elaboraciones más sofisticadas: Tapas 3.0.

Felipe Espino, 10

Salamanca3

Restaurantes dónde comer bien y barato

Aunque Salamanca sea una ciudad muy tapera siempre se agradece sentarse en una buena mesa. Como toda ciudad turística está invadida por el típico menú tradicional que normalmente no merece la pena (para eso mejor tapear), pero hay unos cuantos sitios para comer por en torno a 20/30 euros que merecen una visita.

El Alquimista

El chef César Niño se atreve con atrevidas fusiones de raigambre salmantina con platos como sus manitas crujientes y melosas con langostinos tigre y vinagreta de lentejas de La Armuña. Se come muy bien de carta por poco más de 30 euros pero además tiene un menú del día de lujo por 17,50 euros que se sirve de lunes a viernes y en el que se pueden encontrar platos espectaculares como una sepia estofada con causa limeña y su tinta o un caldo de cocido con macarrones, chorizo y papada de cerdo.

El bardo

Funciona como bar de tapas y restaurante. Muy buena elección para tomar un menú del día (12 euros), pero también para tirar de carta, donde hay todo tipo de platos tradicionales como el rabo de toro, cochinillo al horno o secreto de cerdo.

Compania, 25

El trashoguero

Trashoguero

Este restaurante está situado en un barrio a las afueras de Salamanca, pero el desvío merece la pena pues es uno de los pocos sitios especializados en la cocina de la sierra salmantina y las carnes de morucha (la raza de vacuno de la tierra) preparadas a la brasa de encina. El limón, que realizan por encargo, es tremendo.

Calle La Flor, 1. Santa Marta De Tormes

Casa Paca

Restaurante de cocina tradicional con amplia carta y, también, surtido de tapas. Destacan los clásicos de la cocina charra y sus guisos diarios, ya sea el cocido, la fabada o sus patatas a la importancia. También realizan asados y tienen un menú de 29 euros. El precio medio asciende a 30/35 euros.

Plaza del Peso, 10

Restaurantes de precio alto

Salamanca cuenta con un restaurante de una estrella Michelín y algunos asadores de corte clásico que se han ido reinventado.

Víctor Gutiérrez

El más laureado restaurante de Salamanca –el único con una estrella Michelín y dos soles Repsol– aúna la cocina española y peruana, país natal del chef que da nombre al establecimiento. En temporada se ofrecen grandes platos de caza, como becada y liebre. Tiene dos menús, uno de 65 y otro de 95 euros.

El mesón de Gonzalo

Restaurante situado junto a la Plaza Mayor con dos ambientes, comedor abajo y barra en la parte de arriba. Destaca por sus platos a la brasa, como el pulpo o el solomillo de ternera morucha. También despacha excelentes asados y tienen un excelente steak tartar y unas manitas deshuesadas que ganaron un premio nacional. Precio medio en torno a 50 euros.

Desayuno y brunch en Salamanca

Quizás el mejor lugar para desayunar en Salamanca, junto a la Plaza Mayor, es el café Corrillo, un restaurante que, por la mañana, sirve decenas de pinchos diferentes, además de bollería, café y zumos naturales.

También en la Plaza Mayor merece la pena probar los desayunos del restaurante Doze, que ofrece una gran variedad de desayunos, incluido el clásico inglés y uno vegetariano, con espárragos verdes fritos.

Si lo tuyo es el té, quizás la carta más amplia es la de Lío (C/ Calle Azafranal, 13), donde también se sirven todo tipo de cafés, una amplia variedad de bollería y todo tipo de tostas y huevos.

Imágenes | iStock/La Viga/La Oficina/Trashoguero
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Gastroguía de Nueva York: qué comer en la ciudad que nunca duerme (y qué restaurantes no debes perderte)

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Comer En Nueva York Gastroguia

La ciudad de Nueva York o New York es bien conocida en todo el mundo por sus rascacielos, sus Museos y por sus horarios. Comer en Nueva York está lleno de posibilidades ya que podemos comer en restaurantes y bares, puestos callejeros donde disfrutar del street food y también por los restaurantes más formales. Estas son las claves para saber qué comer en Nueva York y qué lugares son los más interesantes para ir sobre seguro.

Aunque hamburguesas, hot dogs y pizzas son los platos que primero asociaremos a la comida neoyorquina, en realidad la ciudad que nunca duerme tiene una oferta gastronómica muy completa para el que quiera descubrirla. Estas son nuestras recomendaciones para elegir dónde comer en Nueva York y para saber qué pedir.

Los cinco platos más típicos de la cocina de Nueva York

Brooklyn Comer Ny

No hay en sentido estricto una gastronomía neoyorquina pura, ya que es una ciudad donde conviven americanos y emigrantes, con procedencias irlandesas, polacas, italianas, judías, asiáticas y latinas, por lo que su cocina es una mezcla tan variada como su población.

1. La pizza

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Curiosamente, este plato de origen italiano está muy extendido en Nueva York y en esta ciudad es posible comer algunas de las mejores pizzas que habréis probado nunca. Recordad que los americanos comen las porciones de pizza con la mano, doblando el triángulo sobre sí mismo y mordiendo desde la punta.

Para los usuarios de Yelp, -según contaba mi compañero Jose @antoral en Diario del Viajero-, la mejor es la de Rizzos Fine Pizza. Yo os recomiendo además las de Artichoke Pizza, un pequeño restaurante que las prepara con productos ecológicos, las de Bleecker St Pizza o las de Joe's Pizza en 7 Carmine Street.

2. Las hamburguesas

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Las hamburguesas son deliciosas en Nueva York. No me refiero a las que podéis comprar en los carritos por las calles, -que también-, sino a las que ofrecen los restaurantes clásicos a los que van los neoyorquinos. Mi favorito era Big Nick's -que tristemente cerró hace unos años- pero os recomiendo las hamburgers de de Corner Bistro, un clásico que lleva triunfando desde los años 60, las de Burger Joint y también las de Five Napking Burger.

3. Los baggles

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Es el exponente máximo de los desayunos rápidos en Nueva York. Hay tiendas de baggles en muchísimos sitios y la posibilidad de personalizarlos es enorme tanto en la masa como en los rellenos. Hace años Minué hablaba de este producto y destacaba los de Bagels on the Square en Carmine Street, los de Ess-A-Bagel (831 3rd Avenue) que suelen tener colas en la puerta o la calificada como el Santo Grial de las bagel shops, Absolute Bagel en el 2788 de Broadway.

4. Los perritos calientes

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Los perritos calientes o hot dogs, que pueden llevar además de la salchicha todo tipo de ingredientes y covers por encima son otro producto tradicional de la cocina americana. Los encontraréis en cualquier sitio en Nueva York pero mis favoritos son los de Gray's Papaya, quizás por asociarlos a las películas de Die Hard (La jungla de cristal) de Bruce Willis.

5. El brunch

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Es una de las grandes aportaciones gastronómicas de Nueva York, esa mezcla de desayuno y almuerzo (breakfast + lunch) de la que deriva su nombre. En realidad, los brunch en Nueva York se basan en cócteles como la mimosa o el bloody Mary, los huevos benedictine, los pancakes y tortitas y otros platos como el marisco, el roast beef.

Hay buenos sitios para tomar un brunch en Nueva York, -casi todos los hoteles lo ofrecen- pero mi preferido es en la última planta del edificio de Marriot en Times Square, aprovechando que mientras desayunas puedes disfrutar de las vistas ya que la planta va girando ofreciendo una panorámica maravillosa.

Buenos lugares para descubrir la comida callejera en Nueva York

Street Food Carro New York

Ir a Nueva York sin probar los carros de comida callejera es perderse algo sustancial a una visita a esta emblemática ciudad americana. Hay carros con comida de todo tipo. Pretzels, perritos, hamburguesas, comida étnica, cocina Halal, sándwiches, pizzas, helados...

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Mis preferidos son los que están en las calles laterales de Central Park, los carros junto al Museo de Ciencias Naturales e incluso los que están cerca de Times Square, en las calles aledañas. Uno de mis preferidos es el de Sammy's Halal Food, que suele estar en calle 4 con la 6a avenida.

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Otro imprescindible es el de Dosa Man, especializado en Dosas o crepes de estilo hindú, que siempre tiene cola y además atiende pedidos telefónicos. Merece la pena acercarse a visitarlo. Está situado junto al parque de Washington Square y suele estar abierto de 12 a 2, o hasta que acaba sus existencias.

Restaurantes para comer barato en Nueva York

Estatua Libertad Nueva York Gastroguia

Comer barato de restaurante en la ciudad de Nueva York no es tarea fácil, ya que en general los restaurantes son bastante caros para el bolsillo de un español. Lo habitual es ir a restaurantes de cocina italiana, asiática o latina si queréis comer sentados y sin gastar mucho. No tengas ningún reparo en solicitar que te preparen las sobras para llevar. El doggy bag, es algo común y nadie lo ve extraño, y además de ahorrarte unos dólares evita el despilfarro de comida.

En general, los restaurantes de la zona de Queens son bastante económicos aunque no tengan buen servicio de mesa, sus platos realmente son sabrosos y están bien cocinados. Si queréis ir a restaurantes con buenos precios, estas son mis recomendaciones.

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Si os apetece cocina italiana, el Malatesta es una buena opción. Situado en el Village fuera de la zona de Little Italy, donde os cobrarían mucho más, este restaurante tiene buenos platos de pasta a precios por debajo de los 20 dólares.

También os gustará Tasty Hand-Pulled Noodles Inc, en Chinatown, donde podéis pedir unos Noodles a la plancha con gambas sin subir de 10 euros. Otros sitios recomendables para cocina asiática en la zona de Chinatown, son el Golden Unicorn para tomar Dimsum o Shangai café donde hay platos asiáticos de todo tipo.

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También resulta económico Sushi para 88 donde podréis comer buen sushi por unos 25 dólares y donde admiten el descorche por 3 dólares si queréis llevar vuestra bebida, para que ahorréis con la factura. Y en plan de sandwiches, son famosos los sándwiches vietnamitas de Saigon Shack.

Ademas, hay opciones interesantes para comer bien a buen precio, como el Gotham West Market, donde encontramos varios puestos a modo de mercado gastronómico donde comer bien sin gastar demasiado. Finalmente, mi recomendación especial es Darbar Restaurant, un restaurante de comida India que está situado en el centro de la ciudad en la esquina de la 45 Este con la 3ª Avenida.

Otros restaurantes en Nueva York si te los puedes permitir

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Uno de los mejores restaurantes del mundo, es el Eleven Madison Park, que el año pasado quedó en primer lugar en el ranking de 50 Best, como ya nos contó Carmen. Con un menú de unos diez pasos que cuesta en sala unos 275 euros, a los que hay que sumar bebidas y tasas, está reservado solo para los más pudientes. También ofrece un menú de cinco platos en la zona de bar a un precio de 136 euros.

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Si os apetece un restaurante de carne para pedir un filete hermoso como el flat iron o un chuletón a la brasa, hay un asador que está de moda y no es excesivamente caro, llamado Quality Eats que puede ser una excelente opción en la zona del West Village. Otro asador interesante es Fette Sau BBQ, donde encontraréis brisquet, costillas y otras delicias a la brasa.

Chefs Table

Con sus tres estrellas Michelin, el Chefs Table at Brooklyns Fare es otra de las grandes experiencias gastronómicas para quien visite la ciudad que nunca duerme. Allí podemos comer viendo cómo nos preparan cada plato y disfrutar de la creatividad del chef César Ramírez. Finalmente, o tra gran experiencia gastronómica a precios no aptos para todo el mundo es visitar el Nomad NYC, en el 1170 de Broadway con la calle 28, donde podréis disfrutar de su excelsa gastronomía.

Otras posibilidades gastronómicas en Nueva York

Tiffanys

Para los que quieran vivir un momento Audrey Hepburn en Desayuno con Diamantes, ya os contamos que existe la posibilidad de tomar un desayuno sobre la sede de la Joyería Tiffanys junto al Edificio Trump.

Bubba Gump Shrimp Company

Tambien puede ser apetecible ir a probar las mil y una especialidades con gambas que ofrece el restaurante Bubba Gump Shrimp Company y recordar las desventuras de Forrest Gump, y comprar algún recuerdo al salir.

Central Station Ny

Finalmente, os recomiendo visitar el Mercado que hay bajo la Central Station, bajando por el pasillo de la derecha según veis en la foto. Allí podréis comprar algunas especialidades a buen precio y probar los delicatessen de este "mercado gastronómico neoyorquino".

Espero que con esta Gastroguía de Nueva York puedas descubrir qué pedir en esta ciudad y dónde comer, en función de tus gustos y tu presupuesto. Si además conoces algún otro lugar interesante, no dejes de decírnoslo en los comentarios para que tu aportación sirva a otros lectores.

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Imágenes | Grubstreet, BK, Simon Law, Pakus, m01229, Paul Sableman, Ram Prasad

Gastroguía de Viena: qué comer en la capital de Austria (y qué restaurantes no debes perderte)

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Gastroguía de Viena

Viena es una ciudad majestuosa que ha vivido un lavado de cara al convertirse en un destino turístico de moda. La capital austriaca tiene atractivos para todos los gustos, conviviendo en armonía las huellas del glorioso imperio Habsburgo hasta su faceta más moderna. La identidad vienesa es fruto de muchas influencias culturales, y también lo es su gastronomía.

Al abrirse al turismo, la oferta vienesa ofrece hoy muchas opciones asequibles con platos que siguen las tendencias, pero merece la pena adentrarse en las especialidades locales. Aunque no es una ciudad especialmente barata es posible comer muy bien sin arruinarse, sobre todo si se huye de los locales atrapa turistas, siempre anunciando enormes Wiener Schnitzel como cebo.

Gastronomía vienesa: el sabor del viejo imperio

Viena

La gastronomía vienesa sigue la tónica general de la gastronomía austriaca, típicamente centroeuropea. Es una cocina fruto de la influencia de culturas y tradiciones de los territorios que, en algún momento, formaron parte del territorio de los Habsburgo. En sus recetas podemos encontrar semejanzas con la gastronomía checa, húngara, polaca, alemana, serbia, eslovaca o incluso italiana.

Los inviernos son largos y duros, por eso abundan las sopas, los estofados y los guisos, muchos enriquecidos con las Knödel, especie de albóndigas que pueden ser a base de pan, patata o sémola. La patata no suele faltar en cualquier menú, también consumen muchas coles -incluyendo fermentada- y otros tubérculos.

Cocina de Viena

En general los platos más típicos son a base de carne, ternera o buey y cerdo, y caza cuando es temporada. También hay recetas tradicionales a base de pollo y la trucha es el pescado más común, algo lógico si pensamos que este país no tiene acceso al mar. Además hay muchos restaurantes que fusionan de forma natural la cocina vienesa con la más pura tradición bohemia, cuyas fronteras son algo difusas.

Demel Chocolate

Por supuesto no se puede olvidar la riquísima pastelería, la cara más famosa de la gastronomía de Viena, que ofrece tentadores escaparates llenos de dulces de todo tipo en casi cualquier esquina. El café en Viena es cosa muy seria aunque me temo que puede arruinarnos el presupuesto, pues pueden incluso ser más caros que la propia porción de tarta.

Los cinco platos más típicos de Viena

Siempre es difícil hacer una selección tan limitada de platos, pero estos cinco platos son un buen punto de partida para un primer contacto con la cocina de Viena. Al ser también los más conocidos conviene huir de los establecimientos demasiado turísticos y buscar donde come la gente local.

1. Wiener Schnitzel

#wienerschnitzel #austriandish #vealcutlet #lemon

Una publicación compartida de Julie Lim (@julielimoc) el

El escalope al estilo de Viena es todo un icono que me atrevería a comparar con el fenómeno que está viviendo nuestro cachopo. En realidad es un plato muy sencillo que ni si quiera se inventó en Viena, pero su imagen ya no se puede separar de la cocina local. Hay discusiones sobre si el “auténtico” se prepara con ternera o cerdo; mi padre es un firme defensor de este último.

Consiste en un gran filete empanado y frito, de unos 6-8 mm de grosor; si está bien hecho la carne debe quedar jugosa y tierna, con un rebozado uniforme, crujiente y sabroso, sin resultar aceitoso. El verdadero Schnitzel solo se sirve con limón, y como mucho algunas patatas cocidas con perejil. Sí se admite una ensalada servida aparte.

2. Tafelspitz

Tafelspitz

Es uno de los platos más populares entre los vieneses. Se prepara cociendo una pieza grande de redondo de ternera en un caldo enriquecido con huesos de ternera y verduras (zanahoria, apio, remolacha amarilla, cebolla, puerro) durante varias horas. La carne se filetea en porciones y se termina la salsa colada reduciéndola con vino.

Cada ración se acompaña con la salsa, verduras y, opcionalmente, salsa de manzana, Sauerkraut, salsa de rábano picante o puré de patatas.

3. Gulasch y Gulaschsuppe

Gulasch

El gulash es un plato básico de la cocina austriaca muy ligado a la gastronomía húngara y bohemia. Este estofado de ternera admite diferentes variantes según la región o el cocinero, pero lo fundamental es conseguir un guiso de carne tierna, salsa aromática espesa y muy reconfortante.

A diferencia del húngaro, el goulash austriaco no suele llevar pimiento ni más verduras que la cebolla. Se prefiere usar una carne con alto contenido en colágeno para espesar la salsa durante la lenta cocción. También se prepara la versión más de cuchara, en formato sopa, más ligera, y variantes con patata.

El gulash se puede acompañar de puré de patatas, pasta, o, mucho mejor, Knödel. Particularmente prefiero los Semmelknödel para aprovechar bien la salsa, y además me traen muy buenos recuerdos de mis abuelos.

4. Paprikahuhn o Paprikahenderl

De nuevo se percibe la influencia húngara en este guiso de pollo al pimentón. La salsa se enriquece además con limón, tomate concentrado y nata agria, para darle más cremosidad. La guarnición más típica son los Nockerln, parecidos a los Spätzle, una masa muy neutra que absorbe de maravilla la salsa tan aromática.

5. Más que tartas: Apfelstrudel, Kaiserschmarrn y Marillenknödel

Apfelstrudel

La archiconocida tarta Sacher no necesita mucha presentación, y aquí ya hablé un poco más sobre ella y sus variantes. No os sintáis obligados a ir a probarla si no os llama tanto el chocolate, cada pastelería ofrece una gran variedad de otros pasteles al gusto de cualquier tipo de goloso. Pero prefiero recomendar tres postres típicos que a veces se toman como desayuno, almuerzo o cena.

En Viena se puede comer un Apfelstrudel como mandan los cánones: con su masa finísima y crujiente, un relleno muy jugoso y aromático de manzana, pasas y especias, y, opcionalmente, la sabrosa salsa caliente de vainilla con nata montada. Una bomba deliciosa.

El Kaiserschmarrn -de verdad que no es una palabra tan difícil de pronunciar-, consiste en una masa similar a la de los gofres o tortitas, que se trocea y se sirve mezclado con pasas, azúcar gláse, compota de frutas o mermelada, nata, fruta fresca, o lo que apetezca. Si preferís la masa “entera”, en Austria también gustan mucho los crêpes, pero aquí se llaman Palatschinken.

Finalmente aconsejo degustar los sabrosos Marillenknödel, bolitas dulces de masa tierna que envuelven un corazón de dulce albaricoque -hay variantes con otras frutas de verano-. Los Knödel se cuecen en agua y después se rebozan en una mezcla de pan rallado, mantequilla y canela. Es un bocado contundente, por eso muchos vieneses lo toman como plato principal de verano.

Comer en los Heurigen

Austria tiene buenos viñedos y bodegas que han generado una buena cultura gastronómica vinícola. El Heuriger es el nombre que se da al primer vino del año, y es tradición que las bodegas ofrezcan su degustación acompañándolo de pequeños platos de cocina local. Algunos son pequeños espacios que abren solo en determinadas fechas del año, muchos están en las afueras y otros escondidos por la ciudad.

Schubel Auer1 Schübel-Auer

Ir a comer y beber a estos locales se conoce como zum Heurigen y se ha puesto de moda, casi al nivel de nuestro ir de tapas. Por este motivo han surgido muchos sitios que quizá no son tan auténticos, y en algunos casos algo inflados de precio, pero que hacen las delicias de los turistas por su ambiente “típico” y acogedor. Suelen abrir solo en horario de tarde-noche y lo habitual es servir la comida a modo de buffet.

En el espíritu de los Heurigen originales se encuentran aún buenos sitios a los que acuden los propios vieneses, aunque a veces hay que trasladarse un poco a las afueras. El Schübel-Auer es uno de los más antiguos y bonitos, con una construcción que data de 1642 y que desde el siglo XVIII funciona como taberna. Cuando el tiempo lo permite tiene una estupenda terraza donde probar especialidades vienesas y platos de temporada con productos locales.

Buschenschank Stift St. Peter Buschenschank Stift St. Peter

Otro Heuriger tradicional es el Bach-Hengl donde degustar los vinos propios con una selección de platos fríos y calientes, muchas veces amenizado con música tradicional en vivo. También de muy antiguo es el Buschenschank Stift St. Peter, originalmente parte de un conjunto monacal que se remonta hasta el año 1042. Hoy continúan cultivando sus propios viñedos y la bodega mantiene el servicio de taberna tanto en el jardín exterior como en el interior abovedado.

Gigerl Gigerl Heuriger

Más céntrico es el Gigerl, que también fue en origen parte de un monasterio fundado en 1230. Hoy está más acondicionado para funcionar como restaurante pero manteniendo la tradición de los Heurigen, con muchos detalles folclóricos y un menú de platos vieneses populares servido a modo de buffet, el sistema típico de estos locales.

Zum Gschupftn Ferdl Heurigenbuffet Zum Gschupftn Ferdl Heurigenbuffet

Algo más modernos son el Gasthaus am Predigtstuhl, que ofrece menús diarios además de una carta en la que procuran incluir opciones más saludables y platos aptos para intolerancias o veganos, y el Zum Gschupftn Ferdl Heurigenbuffet, muy frecuentado por clientela local más joven y con una carta enfocada a los productos ecológicos.

Los Beisl, las tabernas austriacas

Wolf Gasthaus Wolf

El concepto de Beisl o Beisel sería el equivalente a lo que entendemos por taberna o bar de tapas. Son locales populares de carta no muy extensa con énfasis en la cocina local, con un buen surtido de bebidas. En origen eran sitios muy informales y baratos donde saciar el apetito, aunque hoy también hay muchos más refinados con precios que se nos pueden ir de las manos.

El típico Beisl tiene ese aire “auténtico”, con in interior de madera, muebles algo antiguos o ambiente pintoresco, muchos con un patio o terraza a veces oculta en la parte trasera del edificio. Solo hay que tener cuidado con los que sean especialmente turísticos, decorados como un parque temático y con comida de mala calidad y precios inflados.

Glacis1 Glacis Beisl

Uno de los más populares es el Glacis Beisl, bien situado cerca de la zona moderna del Museumsquartier. Conserva ese ambiente tradicional acogedor pero renovado, con una carta que se basa en la cocina más tradicional vienesa con un toque más actual. La terraza en el jardín está muy solicitada en las noches de verano, abre todos los días y durante la semana ofrece un menú del día a buen precio, con opción vegetariana.

Wolf2 Gasthaus Wolf

El Gasthaus Wolf es otra buena opción, típico restaurante de cocina vienesa con aires renovados con clientela más local que turística. También tiene menú del día durante la semana y una carta con precios comedidos. Si se prefiere una atmósfera más “auténtica” el Kern Beisl conserva ese encanto antiguo; es un local muy familiar abierto en 1962 con buena variedad de platos.

Gelbmanns Gelbmanns

El Gelbmanns es otro de los mejor valorados, un local histórico bien reformado, acogedor, con buena cocina y una terraza interior muy agradable. La carta se centra en especialidades locales y productos de temporada con recetas más actualizadas, platos para niños y la posibilidad de pedir porciones más pequeñas. Cerca del centro destaca también el Gastwirtschaft Stopfer, abierto desde 1951 con un ambiente familiar y menú diario.

Comer en cafés

Demel Café Demel

Ya he comentado que la ciudad está plagada de cafés, especialmente el centro histórico que acumula los más antiguos y famosos. Además de ser lugar de peregrinaje para golosos, la mayoría también ofrecen platos salados, muchos con menú diario entre semana. Si bien no son muy baratos, pueden ser buena opción para tomar un único plato en lugares históricos, como el Demmel o el Landtmann, que tiene menú del día con dos platos por 12,50€.

Pero más allá de lo más puramente turísitico en Viena se encuentran otros espacios que funcionan como café-bar-restaurante donde suelen ir los vieneses para almorzar o comer algo sin muchas complicaciones. No faltan los platos del día y las especialidades más típicas, como el Schnitzel, sopas o Gulash.

Café Engländer Café Engländer

El Café Hummel es uno de los más concurridos, abre todos los días con un amplio horario y tiene varias opciones de menú diario, con platos vegetarianos y desayuno hasta las 14.00 horas. En el Café Engländer se puede elegir entre un plato principal y sopa/entrante o postre, a un precio de 10-12€, y la carta completa presenta muchas especialidades más modernizadas. El interior es clásico pero sin aspecto viejuno, muy agradable para cualquier momento del día.

El Café Weidinger tiene más de 80 años a sus espaldas y casi conserva intacta la misma atmósfera original. Tiene un encanto especial decadente que ha ganado fama incluso entre clientela más joven, atraído por ese aire de película de espías de los años 70. Cocina sencilla sin muchas pretensiones, recetas de toda la vida con buenos precios, mesas de billar y una bolera en el sótano para la que hay que reservar.

Strozzi Café Strozzi

El Café Strozzi es otro ejemplo típico de estos locales abiertos a menudo en una esquina. Asegura ofrecer “todo lo que uno espera de una cafetería vienesa original, salvo el camarero gruñón”. No está lejos del centro y tiene precios ajustados, con carta variada desde el desayuno, cocina local y platos del día, incluyendo alguna opción más internacional y recetas vegetarianas.

Otro histórico es el Café Alt Wien, abierto en 1922, y que continúa con un ambiente familiar atrayendo a muchos artistas e intelectules. Funciona como bar nocturno y taberna de día; sus especialidades son el Gulash y el Wiener Schnitzel, y ofrece un plato del día durante la semana a 7,60€. Y junto al Naschmarkt está el Café Amacord, un poco más turístico, con precios algo más elevados, pero buenas opciones para comer si se busca algo más moderno.

Restaurantes donde rascarse un poco más el bolsillo

Griechenbeisl Restaurante Griechenbeisl

Comer en el restaurante más antiguo de Viena sale un poco más caro, aunque todavía sin volvernos locos. Es el Griechenbeisl, fundado en 1447 y por cuyas mesas han pasado personajes históricos como Beethoven, Brahms, Strauss o Mark Twain. Conserva el alma del Beisl clásico pero con un lavado de cara más turístico y una cocina algo más refinada. Un Schnitzel aquí sale por 21,90€.

Restaurante Fuhrmann Restaurante Fuhrmann

El restaurante Fuhrmann es el proyecto personal de Hermann Botolen y su esposa, que buscaban crear un espacio acogedor donde servir buena comida a precios que no se disparasen demasiado. Es un local muy tranquilo y elegante sin ser recargado, con una terraza interior muy agradable. La carta no es excesivamente extensa, se basa en la tradición local pero sin caer en los platos más tópicos y siempre con el toque personal más moderno del chef. Ofrecen un menú degustación de cinco platos por 59€, que sube a 67€ con tabla de quesos en lugar de postres.

Buxbaum Restaurante Buxbaum

En el Buxbaum también tienen una bonita terraza y el interior está decorado con gusto en un ambiente entre lo rústico clásico y aires más modernos con líneas sencillas. Buena materia prima para una cocina que se apoya en la gastronomía vienesa pero más refinada, con una carta de mediodía y otra para las cenas. Hay opción de menú degustación; cuatro platos por 56€, cinco platos por 66€, con opción aparte de maridaje.

Vestibül Restaurante Vestibül

Subiendo más de precio hay muchos restaurantes más de lujo en la zona más céntrica de la ciudad. Uno de los mejor valorados es el Vestibül, nombre que recibe al estar situado en el vestíbulo del teatro Burg. La cocina presume de autoexigirse la máxima calidad con los mejores ingredientes de temporada de orígenes certificados. Su cocina se describe como una “mejora de lo que ya se conoce”; aquí no se presentan platos totalmente originales, se innova sobre la cocina tradicional. Hay menú del día de tres platos por 33€, y opciones de menú degustación entre 56 y 74€.

Steirereck Restaurante Steirereck

Y para los que quieran darse un buen capricho, en pleno Stadtpark se encuentra el Steirereck, número 14 en la lista de los 50 Best. El espacio ya llama la atención, un cubo monolítico de vidrio que guarda un interior minimalista de madera y hormigón. El chef Heinz Reitbauer ofrece una visión creativa y moderna de la cocina vienesa, siempre cuidando al máximo el producto y la técnica, presentaciones impecables y con alguna que otra puesta en escena llamativa. A pesar de tanta modernidad, no falta el Schnitzel.

Steirereck2 Restaurante Steirereck

Se puede comer de carta o apostar por algún menú degustación. Se ofrecen dos menús distintos para almuerzos y cenas, de seis y siete platos por 149€ y 165€ respectivamente, maridaje aparte. Los platos de carta se mueven en un rango de precios entre los 30€ y 65€. Algo más económico, pero también para rascarse más el bolsillo, es el restaurante hermano Meierei , situado justo al lado.

Mercado Naschmarkt, comida callejera de todo el mundo

Finalmente no puedo dejar de mencionar el famoso Mercado Naschmarkt -simplemente der Naschmarkt para los locales-, visita obligada aunque sea para recorrer los coloridos puestos de frutas, verduras, especias, flores y platos de muchas culturas del mundo.

Naschmarkt

Está formado por unos 120 puestos muy heterogéneos donde además de curiosear y comprar se puede comer a, relativamente, buen precio. Hay opciones para todos los gustos, con opciones más rápidas típicas del street food y también pequeños restaurantes con mesa en los que conviene reservar o ir bien temprano, sobre todo durante los fines de semana.

El único problema del Naschmarkt es precisamente la fama que ha adquirido entre los turistas, pero a pesar de todo creo que merece la pena acercarse. En las calles cercanas hay muchos bares y restaurantes de cocinas del mundo a buenos precios, por si nos apetece salir un poco de la cocina vienesa más tradicional.

Imágenes | iStock - Christian Kadluba - Jenud
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Un viaje gastronómico por el mundo a través de los platos más representativos de la street food

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Baos Dim Sum

Quizás será porque nosotros en España tenemos una media de dos o tres bares en cada calle, pero el caso es que no tenemos costumbre de comer la comida callejera o street food, tan popular en todo el mundo. Sin embargo, cuando salimos de vacaciones, nos encanta probar lo que se vende en food trucks, carritos o kioskos de comida y por eso me he planteado hacer un viaje gastronómico por el mundo a través de los platos más representativos de la street food.

No hay nada como disfrutar de un perrito caliente recién hecho en los Estados Unidos, una guacamaya de chicharrones o unas carnitas en México o unos buenos fish and chips en el Reino Unido, y estos son solo algunos de los platos más conocidos de esta forma de comer. Acompañadme en este recorrido por la mejor street food del mundo.

Viaje gastronómico a través de la street food

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Cada país tiene sus platos tradicionales, representativos de su gastronomía y los encontramos en restaurantes y otros establecimientos de hostelería. Aunque en España no sea muy frecuente lo de comer por las calles comida comprada en todo tipo de "puestos" o chiringuitos, nos encanta esta forma de comer a la que la misma Lonely Planet dedicó un libro.

Hamburguesas, perritos y pretzels en los Estados Unidos

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Quizás Nueva York sea la mejor ciudad para disfrutar de la street food, debido a los más de 20.000 puestos de comida callejera que se encuentran en esta ciudad y por la diversidad de nacionalidades y razas de sus habitantes y visitantes.

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Desde los Pretzels de origen judío a las hamburguesas y perritos calientes, es muy fácil encontrar buena street food en la Gran Manzana y los otros distritos. Por eso en nuestra Gastro Guía de Nueva York incluimos este apartado con nuestras recomendaciones para comer a base de comida callejera. Como ejemplo de la street food de esta ciudad, os recomendamos la receta de la hamburguesa Big Kahuna, la preferida de Quentin Tarantino en sus películas.

Fish and chips, el plato de street food más conocido del Reino Unido

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Pescado y patatas fritas, sería la traducción directa de este plato, que normalmente se hace con bacalao. Puedes encontrar establecimientos en los que te preparan este plato con pequeñas porciones -como las pavías- combinadas con gajos de patatas fritas y otros en los que te sirven un lomo de pescado acompañado de las clásicas patatas fritas en bastones.

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Tradicionalmente se come con las manos, casi quemándose un poco, pero conforme ha ido mejorando la calidad en la elaboración de este plato casi ancestral para los británicos, también se sirve en buenos restaurantes o se come con cubiertos como un plato más.

Tacos, guacamayas y otras variantes de comida servida en tortillas de maíz en México

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No creáis que en México se come solamente la comida tex-mex que se ha popularizado por todo el mundo. Además de las fajitas, tacos y burritos, podemos encontrar por la calle todo tipo de platos de street food o comida callejera

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Bocadillos como las guacamayas, -bocadillos de cortezas o chicharrones aliñados con salsa picante y cubiertos con toppings al gusto como el que tenéis sobre este párrafo o las carnitas o bocadillos de carne de cerdo asada, en México encontraréis muchos más platos para disfrutar comiendo por la calle.

Mexico

Además, las tradicionales tortillas mexicanas, con cualquier relleno, se encuentran a disposición de los que paseen por las calles del DF, las ciudades del bello estado de Guanajuato o los turísticos Quintana Roo o Baja California.

Pad Thai, Nasi Goreng y Brochetas de todo tipo en las calles de Bangkok en Tailandia

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En los países asiáticos se come muy bien a base de street food. Si eliges los puestos con más gente -donde habrá más rotación de productos- podrás encontrar comida de calidad en los numerosos puestos de cocina callejera en Tailandia. Existen un montón de zonas, para comer así, siendo las más populares en Bangkok la que rodea Khao San Road, la zona de Banglamphu y en especial los puestos de la calle paralela a Khao San, llamada Soi Rambuttri.

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Entre los platos que podés disfrutar, el bami goreng hecho con noodles, el nasi goreng elaborado con arroz, y todo tipo de brochetas, en las que encontraremos carnes, pescados, mariscos, insectos y todo tipo de alimentos ensartados...

Las salchichas y las frikadellen de Berlín y otras ciudades alemanas

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Nada como un viaje a Alemania para descubrir las mil y una clases de salchichas existentes por el mundo. Recetas sabrosas como la de currywurst las encontramos en las calles y son estupendas para acompañar sus cervezas.

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También encontramos en muchos puestos las deliciosas frikadellen, el antecedente de las hamburguesas y filetes rusos, tan sabrosas y especiadas. Aquí tenéis la receta para prepararlas en casa y descubrir este plato de street food de Alemania.

Arepas en Venezuela

Arepas

Las arepas elaboradas con yuca, harina de maíz o mezcla de dichos ingredientes son un plato clásico en la cocina venezolana que se puede comer en cualqueir carro de comida, una receta se ha extendido por el mundo gracias a sus emigrantes. Aquí podéis ver cómo hacer arepas venezolanas y tomar ideas para rellenarlas.

Dim sums, gyozas, baos y nems en el China y Japón

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Las gyozas, los baos, los nems y otras clases de bocaditos agrupados con el nombre de Dim Sums de cuya historia y clases os hablaba Liliana el otro día son estupendos bocaditos de comida rápida para disfrutar en casi todos los países del continente asiático y en especial, en China y Japón donde se sirven como entrantes en los restaurantes y se comen por la calle en numerosos puestos callejeros.

Empanadas en Sudamérica

Empanadas Chile

En todo el continente de América del sur encontramos diversas variedades de empanadillas. Dede las empanadas chilenas a las argentinas y paraguayas, hay todo un mundo lleno de variedad y originalidad en los rellenos. Normalmente en esta zona se suelen hornear las empanadas y empanadillas en lugar de hacerlas fritas como es más frecuente en nuestras empanadillas tradicionales.

Imágenes | f10n4, Kitchen Club, Pakus, Pixabay.com
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Una cena en el paraíso: este 'resort' de Tailandia te sirve la comida en lo alto de un árbol

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La isla de Koh Kood es la cuarta más grande de Tailanda, pero la menos poblada (tiene solo 2.000 habitantes). Se trata de una isla llana en casi toda su extensión, cubierta en gran parte con bosques autóctonos y plantaciones de coco y caucho, y es conocida por sus playas vírgenes de aguas cristalinas.

Debido a que su economía nunca ha dependido del turismo, este se ha desarrollado de forma mucho más sostenible que en el resto del país, y se ha orientado a una clientela adinerada, que busque unas vacaciones de relax en sus resorts de lujo.

Soneva Kiri es uno de estos exclusivos complejos hoteleros. Sus clientes pueden practicar snorkel en los arrecifes de la isla, explorar la jungla u observar las estrellas en el observatorio de la propiedad. Y también disfrutar de una cena suspendidos en lo alto de un enorme árbol.

Hasta cuatro comensales pueden disfrutar de la comida en una suerte de cabina, que se eleva seis metros sobre el suelo y es izada mediante cables. Una vez en posición, un camarero trae la comida escogida en tirolina.

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Una experiencia de lujo

“Pasaron dos años y medio desde el diseño hasta la realización final; es genial ver que es tan apreciado por los huéspedes”, aseguró a Lonely Planet Graham Grant, gerente general del resort. “¡Incluso las personas con vértigo lo están disfrutando!”

Procedente de la huerta ecológica del complejo o de los mercados locales, el menú incluye los llamados “canapés en el dosel” con crujiente de batata, plátano y taro frito o las “ofrendas del bosque”, un pescado blanco horneado en hojas de plátano con limón y salsa verde.

La experiencia, eso sí, no es barata. El menú para dos personas cuesta en torno a 350 euros, sin bebida. Aunque, si te importa más las vistas que la comida, también se puede disfrutar de un desayuno o un sencillo té.

Imágenes | Soneva Kiri
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El cocido del volcán: así es el plato más especial de las Azores, elaborado en el interior de un cráter

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Por desgracia, cuando en España oímos hablar de las Azores lo primero que nos viene a la memoria es la mítica imagen de George Bush, Tony Blair y José María Aznar. Fue en 2003, cuando los presidentes de Estados Unidos, Reino Unido y España, además de Durao Barroso, primer ministro de Portugal (país que descubrió estas islas, que habían permanecido deshabitadas, en 1427), se reunieron en la base lusoamericana de la isla de Terceira para concretar la invasión de Irak destinada a acabar con el régimen de Sadam Hussein y sus inexistentes armas de destrucción masiva.

Pero este archipiélago en mitad del Atlántico, además de tener el dudoso honor de acoger este episodio fundamental en la historia de las últimas décadas, es un paraíso natural de primer orden, y un destino gastronómico tan impresionante como poco conocido.

Cocido4 El 'lagoa das Furnas' ocupa hoy el cráter donde continúa la actividad volcánica.

Entre sus magníficos (y exclusivos) pescados y mariscos, su excelente carne y sus guisos tradicionales –de los que hablaremos más pronto que tarde–, destaca un plato que resulta tan extravagante como delicioso: un cocido elaborado lentamente gracias al calor de un volcán.

Hablamos del ya mítico Cozido das Furnas, un tradicional cocido a la portuguesa que debe su nombre a la freguesía de la isla de Sao Miguel donde se elabora: un pequeño pueblo de poco más de 1500 habitantes situado junto a un volcán cuyo cráter está ocupado hoy por hoy por un lago, pero que continúa en activo.

Cocido6 La caldera desprende un desagradable olor a azufre que, por suerte, no se cuela en el plato.

Junto al lago, los turistas se concentran para contemplar las calderas, zonas encharcadas de las que emana emana el azufre y el agua hirviendo debido a la actividad volcánica del lugar. Una estampa habitual de los entornos volcánicos pero que, en este caso, se completa con decenas de montones de tierra con carteles que indican el nombre de un buen puñado de restaurantes.

Bajo estos se cocina lentamente el cocido de la forma en que se viene haciendo en la zona desde hace siglos: gracias al calor que desprende el volcán.

Cocido3 Nuestro cocido horas antes de acabar en nuestro estómago.

Un peculiar cocido a la portuguesa

El mítico plato de Furnas no es otra cosa que un tradicional cocido a la portugesa –como el que se elabora en todo el país–, compuesto de diversos cortes de cerdo, ternera y gallina, verduras y arroz.

La carne y las verduras se cocinan con el vapor que desprende su propia agua

A diferencia de la mayor parte de nuestros cocidos, el plato se sirve en un solo vuelco, sin sopa. Pero el cocido de Furnas no necesita siquiera de agua: se elabora en una olla bien cerrada, que se introduce en agujeros excavados junto a las caldeiras de madrugada, para que se cocine durante seis u ocho horas y esté listo a las 12, hora de comer. La carne y las verduras se cocinan con el vapor que desprende su propia agua.

En Furnas se sirve el tradicional cocido en decenas de restaurantes, que tienen este por su principal reclamo, pero nosotros optamos por uno de los que más fama tienen (y, supuestamente, uno de los más finos): el que se sirve en el restaurante del hotel Terra Nosta Garden.

Cocido7 La avenida de los ginkos, una de las zonas más impresionantes del jardín botánico.

Este hotel se levanta junto al jardín botánico del mismo nombre, que es en sí mismo una de las principales atracciones turísticas de la isla. El parque, con 12 hectáreas, tiene miles de árboles y plantas procedentes de todo el mundo, además de una piscina de aguas termales ferruginosas. Y la entrada al mismo está incluida si vas a zampar el cocido: lo que viene siendo un plan perfecto.

Sin garbanzos, pero con muchas carnes

Como ocurre con cualquier cocido portugués, los adeptos a su versión madrileña, como un servidor, echamos en falta los garbanzos y la sopa, pero a cambio el plato nos ofrece una mayor variedad de carnes. Y un apunte: la materia prima de las Azores, un archipiélago dedicado desde que llegaran los primeros pobladores a la actividad agropecauria, es excelente.

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En el nuestro encontramos morcillo de ternera, gallina, tocino, oreja y costilla de cerdo, chorizo y morcilla, además de berza, apionabo, batata, patata y zanahoria. El cocido se riega con el propio caldo que suelta la cocción y se acompaña de arroz y varios tipos de pan, incluido una suerte de bollo dulce de la zona, conocido como bolo levedo (que está de muerte). Las carnes están jugosísimas y agradarán a cualquier amante del cocido. Y después, nada mejor que un paseo por el jardín y un baño en las termas para cocerse por partida doble.

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Teniendo en cuenta lo bueno, bonito y barato que se come en las Azores, el cozido das Furnas, que hay que encargar siempre con antelación, es un plato tirando a caro: en este restaurante tenía un precio de 40 euros para dos personas. Pero la experiencia merece la pena, máxime cuando se acompaña de uno de los excelentes tintos de las islas, donde también elaboran buenos vinos (no falta de nada, oiga).

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En una iglesia o en primera línea de playa: siete fábricas de cerveza que bien merecen una visita

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Pelican

En el mundo hay miles de fábricas de cerveza, pero solo algunas, por su antigüedad, su ubicación o su forma de elaborar la popular bebida, son conocidos destinos turísticos, que atraen a visitantes de todo el mundo.

Con el auge de las microcervecerías, son muchos los pueblos o ciudades que cuentan con sus propias fábricas, pero no es lo mismo fabricar la bebida en un garaje o un polígono industrial que hacerlo en a 1650 metros de altitud, a pie de playa o en una iglesia.

Estas son algunas de las fábricas de cerveza más atractivas del mundo, de visita obligada para cualquier fanático de este invento milenario:

1. La abadía de Wihenstephan (Alemania)

Weihenstephan

Este monasterio, situado en Baviera, la región cervecera por excelencia, presume de ser la fábrica más antigua del mundo, en funcionamiento desde, al menos, el año 1040 –un título que reclama también la abadía de Weltenburg, de la misma zona–.

En 1803, tanto el monasterio como la fábrica fueron secularizados y en la actualidad pertenecen al estado de Baviera, que produce la cerveza en colaboración con la Universidad Técnica de Munich.

En la actualidad, la cervecera cuenta con modernas instalaciones y un completo museo sobre la bebida. Las visitas se completan, claro, con la obligatoria degustación de sus cervezas, aunque se pueden encontrar en canales comerciales.

2. Kiuchi, en Naka (Japón)

Kiuchi

Aunque en el país nipón el consumo de cerveza es relativamente reciente, ya hace décadas que fabrican buenas variedades (algo que ocurre más aún si cabe con el whisky). La fábrica de Kiucki, situada en el pueblo de Naka, en la prefectura de Ibaraki, se dedicaba desde el siglo XIX a la fabricación de sake y shochu, vino y licor de arroz, pero en 1996, gracias a un cambio legislativo que favorecía la aparición de microcerveceras, empezaron a fabrica esta.

Las cervezas de Kiuchi buscan combinar antiguas recetas y procedimientos europeos con técnicas japonesas, como la maduración en barriles utilizados para almacenar el shochu.

Pero lo verdaderamente interesante es la propia fábrica donde, además de ver cómo se fabrican las distintas cervezas, puedes realizar tu propia bebida personalizada, eligiendo entre diferentes sabores para elaborar la cerveza y diseñando la etiqueta. Tres meses después te la envían a casa.

3. Kuchlbauer, en Abensberg (Alemania)

Torre

Esta fábrica de Baviera tiene una alargada historia, que se remonta al año 1300, cuando el Conde de Abensberg otorgó a la empresa el privilegio de fabricar cerveza. Desde 1904, la fábrica es propiedad de la familia Salleck, que lleva ocho generaciones regentando el negocio.

Aunque su cerveza de trigo tiene un merecido nombre, lo que destaca en su fábrica es una torre de casi 35 metros diseñada por el arquitecto austriaco Friedensreich Hundertwasser, autor también de un impresionante edificio de apartamentos que lleva su nombre y es una de las mayores atracciones de Viena.

La torre, que se abrió a los visitantes en 2010, está coronada por un observatorio de color oro en el que, claro está, hay un bar.

4. Church Brew, en Pittsburgh (Estados Unidos)

Iglesia

Esta fábrica de cerveza está instalada dentro de una antigua iglesia católica, construida en 1902 y secularizada en 1993. Los tanques de fermentado rodean la nave de la iglesia en la que se ha construido un gran bar.

Junto a las vidrieras se puede disfrutar de sus premiadas cervezas, como son la Celestial Gold o la Pipe Organ Pale, además de un completo menú de comida americana.

5. La abadía de San Sixto, en Vleteren (Bélgica)

Abdij Sixtus Vleteren

Las admiradas cervezas trapenses solo pueden etiquetarse como tal cuando están elaboradas por la Orden Cisterciense de la Estricta Observancia –los monjes trapenses–, y solo se fabrican en once de los 171 monasterios de la Orden. Pero el más famoso de todos ellos es el de San Sixto, en la pequeña localidad de Vleteren, en el extremo occidental de Bélgica (muy cerca de Dunquerque, en Francia).

Los monjes empezaron a fabricar su cerveza en 1839, pero solo empezaron a venderla al público en 1931. Sus tres cervezas están muy bien consideradas, pero en concreto la Westvleteren 12, una cerveza oscura y de alta graduación alcohólica –como la mayoría de las cervezas trapenses– está considerada por el sitio RateBeer como la mejor del mundo.

Los monjes fabrican menos de 500.000 litros al año, solo lo que necesitan para financiar la vida del monasterio, y las cervezas solo pueden adquirirse por particulares en la propia abadía, a razón de una caja por coche, para lo que es necesario reservar con hasta dos meses de antelación.

6. Pelican Brewery, en Pacific City (Estados Unidos)

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Esta fábrica, situada en Pacific City, en el estado de Oregon, es (que sepamos) la única del mundo que se levanta, literamente, en mitad de una playa.

Nacida en 1996, cuando comenzó la explosión de las cervezas artesanales en Estados Unidos, en el bar de la fábrica se pueden degustar en grifo sus seis aclamadas creaciones, como su Pre-prhibition cream Ale o la New World India Pale-Ale.

7. BierVision Monstein, en Davos (Suiza)

Biervision

La localidad alpina de Davos está considerada como la ciudad europea ubicada a mayor altitud. Además de ser un conocido destino para esquiar y la sede del Foro Económico Mundial, que reúne cada año a los más prominentes líderes económicos y políticos, cuenta en sus proximidades con su propia fábrica de cerveza.

La fábrica, construida en una antigua lechería del siglo XIX, situada en una pedanía de Davos de solo 190 habitantes, produce cinco cervezas especiales, elaboradas con malta de cebada y lúpulo ecológico. Como todo en suiza su visita es cara: 17 euros al cambio, eso sí, con una pequeña degustación.

Imágenes | Pelican Brewery/Wikimedia/Weihenstephan/Kiuchi Brewery/Church Brew/BierVision Monstein
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Gastroguía de las Azores: qué comer en las islas portuguesas de Sao Miguel y Terceira (y qué restaurantes no puedes perderte)

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A 1400 km de Lisboa, en medio del océano Atlántico, se levantan las nueve islas que forman el archipiélago de las Azores. Descubierto en 1427, se encontraba completamente deshabitado y solo una década después comenzó su colonización por parte de los portugueses.

Aunque su geografía recuerda a la de las islas Canarias, que tienen el mismo origen volcánico común a la Macaronesia, su latitud, muy superior, que garantiza climas suaves y abundantes lluvias, lo convierte en lugar idóneo para la práctica de la agricultura y la ganadería, actividades a las que se han dedicado tradicionalmente, y no tanto para el turismo de sol y playa.

Si bien en las Azores no encontramos apenas restaurantes sofisticados, su excelente materia prima y sus guisos tradicionales hablan por sí solos, algo que cada vez están descubriendo más visitantes, dado la llegada a la isla de la primera aerolínea low cost –Ryanair– y el aumento de los alojamientos turísticos, hasta la fecha aún escasos.

Villafranca

Los 6 platos más típicos de la gastronomía azoriana

Aunque en las Azores podemos encontrar todos los típicos platos portugueses, las islas cuentan con especialidades propias, que en ocasiones ni siquiera se encuentran en la totalidad del archipiélago. Sorprende, además, la enorme cantidad de productos locales: la gran mayoría de la carne, el pescado, la fruta y la verdura es isleña. Y encima se fabrican excelentes y apreciados vinos y quesos.

En nuestro viaje visitamos Sao Miguel y Terceira, las islas más turísticas del archipiélago (y las más sencillas de visitar desde España), por lo que la guía se centra en estas.

Estas son las especialidades de degustación obligada:

1. Bifé à regional

Sao Miguel Guide Azores Travel Blog Bife Regional

El Bifé à regional es especialmente típico de Sao Miguel, aunque se sirve también en Terceira. Teniendo en cuenta la calidad de la carne local cualquier plato de carne es una buena apuesta, pero este plato es la bomba: un filete coronado con ajos asados, pimiento rojo local (ligeramente picante), un huevo frito y abundantes patatas fritas.

Se sirve con distintos cortes, aunque el de lomo es el más jugoso, y si lo pides poco hecho te lo dan de verdad bien crudo. EL mejor que probamos es el que sirve el restaurante O Galego (en Sao Roque, cerca de Ponta Delgada), seguido del, más famoso pero no tan bueno, del restaurante de la Asociación Agrícola de Sao Miguel (próxima a Ribera Grande).

2. Alcatra

Alcatra

La alcatra es en realidad el nombre que se da en portugués al corte trasero de la ternera, correspondiente, aproximadamente, a nuestra tapilla, tapa y contra. Pero en la isla de Terceira se usa para designar a un guiso tradicional que se elabora cociendo lentamente estos cortes en un recipiente de barro, con una salsa compuesta por tocino, cebolla, ajo, laurel, pimienta y vino, entre otros ingredientes. Se acompaña generalmente con pan o massa sovada (un bollo dulce), que se coloca en el plato para echar la salsa por encima y empaparlo todo.

Aunque la alcatra tradicional es de carne se sirve también en muchos restaurantes una versión de pescado que es igual (o más) deliciosa. Son muy recomendables las alcatras de carne de Ti Choa (Grota do Margarida, 1, Serreta, Angra do Heroísmo) y Caneta (Presas 12-5, Angra do Heroismo) y la de pescado de Boca Negra (Largo de Santo Antonio, Porto Judeu).

3. Mariscos y pescados locales

Cracas

Las Azores tienen una gran variedad de pescados y mariscos, muchos de los cuáles son endémicos de la zona. Son muy populares las lapas, que se sirven a la plancha, con una salsa de ajo y pimiento de la tierra, picante. Más sorprendente son las cracas (en la foto), exquisito marisco de la familia de los percebes cuya existencia fuera del archipiélago desconocemos y que se vende (en torno 1,50 euros la unidad) en puestos ambulantes y algunos restaurantes de Terceira.

En cuanto a los pescados, en las Azores se pueden probar muchas especies endémicas de la Macaronesia como la bocanegra, la vieja o el peixe Porco, cocinadas siempre a la brasa y acompañados de una guarnición de verduras. El atún también es excelente.

4. Cocido das Furnas

Cocido1

Este cocido, al que dedicamos un artículo aparte, es una especialidad que puede degustarse únicamente en la pequeña localidad de Furnas, en Sao Miguel, donde se cocina gracias al calor que desprende el cercano volcán.

En el fondo, se trata de un cocido tradicional portugués, pero cocinado a baja temperatura durante ocho horas. Está formado morcillo de ternera, gallina, tocino, oreja y costilla de cerdo, chorizo y morcilla, además de berza, apionabo, batata, patata y zanahoria. El cocido se riega con el propio caldo que suelta la cocción y se acompaña de arroz y varios tipos de pan, incluido una suerte de bollo dulce de la zona, conocido como bolo levedo (que está de muerte)

5. Morcilla con piña


Esta foto de Cafe Royal es cortesía de TripAdvisor

La morcilla con piña, así como suena, es otro de los platos típicos de las Azores. Aunque se presenta de diversas formas, en general no es más que la morcilla típica de las azores (sin arroz, tirando a dulce, muy rica) y sus míticas piñas, una fruta que se cultiva en la isla desde hace siglos y que está mucho más sabrosa que la que nos llega de Costa Rica. La combinación puede resultar extravagante, pero funciona.

6. Quesos y queixadas

Quesos

En Azores se producen unos 500 millones de litros de leche al año, lo que permite imaginarnos lo desarrollada que está la industria láctea y sus derivados. Los excelentes quesos del archipiélago, en su mayoría de vaca, son enormemente apreciados en el continente, y no es para menos.

Como en todo Portugal, los azorianos son también muy aficionados a los dulces, y entre ellos destacan todo tipo de pequeñas queixadas y tartas que están deliciosas. Casi cada pueblo tiene la suya propia.

Pinas

Restaurantes en Sao Miguel y Terceira

En las Azores no hay una oferta de restauración demasiado elevada, pero se come bien en casi cualquier sitio. Apenas hay establecimientos que se compliquen la vida: en general, son locales humildes, especializados en carne o pescado, que tratan de cuidar la materia prima. Y con esto ya basta.

Ahora bien, pudimos visitar algunos establecimientos que nos parecieron realmente impresionantes, teniendo en cuenta además que, si no se piden vinos o mariscos especialmente caros, es raro que te cobren más de 20/25 euros por persona en casi ningún sitio.

Esta es nuestra elección:

En Sao Miguel

O Galego

El mejor restaurante de la isla para probar el Bifé a la regional es un local apartado de cualquier centro turístico, pero casi a pie de playa, donde casi todo el mundo acude a probar esta especialidad, que clavan. El plato se puede pedir en tres tamaños distintos, 200, 300 y 400 gramos, aunque el más grande alimenta bien a dos personas. Visita obligada. Conviene reservar.

Bairro da Praia dos Santos 21, 9500-706 Ponta Delgada.

Taberna Açor

Taberna Acores

En el centro de Ponta Delgada, esta taberna sirve grandes tablas de quesos, embutidos y especialidades como los torresmos (una especie de costillas) o las moelas (un típico guiso portugués de mollejas de pollo, que aquí está de muerte). Tiene, además, una completa carta de vinos, de las mejores de la isla.

R. dos Mercadores 41, 9500-150 Ponta Delgada

A Tasca

El local de moda de Ponta Delgada está siempre lleno, pese a que tiene un amplísimo horario de cocina, que funciona ininterrumpidamente de 11 de la mañana a la 1 de la madrugada. Es imprescindible reservar para probar una de las cartas más “modernas” de la isla, aunque no necesariamente de las mejores.

Es popular en la ciudad su bifana de atún (muy buena) y, como en casi todos los restaurantes, cuenta con pescados del día. El local y el personal son muy agradables.

R. do Aljube 20, 9500-049 Ponta Delgada

Atlántico

Atlantico

Situado en una casa de varios pisos junto al puerto de Villafranca de Campo, el restaurante, especializado en pescado, es uno de los más chics (y caros) de la isla. Sirve excelentes pescados a la brasa, así como algunos platos de pasta y marisco que tenían buena pinta. Sus salones con vistas al mar son muy agradables.

En Terceira

Beira Mar

Considerado por casi todo el mundo el mejor restaurante de pescado de las Azores, su fama es bien merecida. Situado en el pequeño puerto de Sao Matheus, muy cerca de la capital de Terceira, Angra de Heroismo, es difícil pillar mesa sin reservar con antelación.

Su carta no es demasiado alargada, pero es más que suficiente y los pescados frescos del día y maricos sus protagonistas. Buen lugar para probar las famosas cracas y lapas, lo mejor es, en cualquier caso, el pescado a la parrilla. Excelente.

Canada do Porto, São Mateus da Calheta

Boca Negra

Bocanegra

Otro restaurante especializado en pescado famoso por su increíble alcatra de pescado, quizás el plato que más nos gustó en todo el viaje. Se sirve en dos versiones, sin espinas o con espinas. Mejor elegir esta última, como nos aconsejó el jefe del lugar, pues incluye además de congrio otro tipo de pescados locales como bocanegra, vieja o, suponemos, lo que encuentre el paisano ese día. No es un plato más cómodo de comer, pero el sabor es estratosférico.

También merece la pena pedir cracas: nos pusieron las más grandes que encontramos en el viaje. Una pasada.

EN1-2A 18, Porto Judeu

Caneta

Restaurante especializado en carne, muy concurrido, y con una de las más famosas alcatras de ternera de la isla, excelente. Aunque no había hueco para tanto, su carne a la parrilla tenía en general una pinta estupenda.

De postre elaboran un exquisito dulce de vinagre, una popular sobremesa portuguesa que se elabora con huevo, azúcar, mantequilla y harina (y, en realidad, muy poco vinagre).

Rua As Presas - 13 - Altares, 9700-308 Angra Do Heroismo

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Así es el McDonald´s más lujoso del mundo (y está en Portugal)

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Mcdonalds Imperial3

Aunque McDonald´s tiene en la actualidad 36.899 restaurantes en todo el mundo, no es fácil distinguirlos a simple vista. Por lo general, todos los establecimientos tienen una estética similar, estandarizada por la dirección de la cadena, que busca la uniformidad de la marca en todo el mundo. Pero hay excepciones.

En algunos centros históricos, en los que se obliga a respetar una estética acorde con la arquitectura de la ciudad, McDonald´s salvaguarda al menos la fachada de los locales que ocupa. Pero ninguno es tan impresionante como el que, desde 1995, ocupa el antiguo Café Imperial de Oporto (Portugal), en la Praça da Liberdade.

Mcdonalds Imperial2

Esta cafetería, que abrió en 1936, es un fantástico ejercicio de Art Decó, obra del arquitecto de origen suizo Ernesto Korrodi, con techos ornamentados, candelabros y una gran pared de vidrios de colores, que actualmente se encuentra detrás del mostrador.

Durante décadas el local permaneció cerrado y necesitaba una restauración urgente. Este fue el cometido de los estudios arquitectónicos Archange y A. Burmester, que le dieron un lavado de cara al local, pero preservando sus características icónicas, como la enorme águila de bronce, obra del escultor portugués Henrique Moreira, que sigue coronando la puerta de entrada, y las enormes vidrieras, del artista Ricardo Leone, que muestran escenas relacionadas con el cultivo y transformación del café.

Vidrieras

Un Mc Donald´s con repostería extra

Aunque la carta de este lujoso Mc Donald´s es la que podríamos encontrar en cualquier otro restaurante de la cadena en Portugal, su cafetería tiene algunos añadidos, que hacen honor al exquisito edificio que ocupa.

En este mostrador aparte, correspondiente al McCafé, podemos encontrar los famosos pastéis de nata (o pasteles de Belem) y las bolas de berlim, una versión portuguesa de las donas berlinesas. Nada te impide, no obstante, disfrutar de un prosaico Big Mac entre vidrieras.

Imágenes | Scott Dexter/Jorge Franganillo/Joseolgon
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Seis claves para comer de verdad como un local cuando estás de viaje (y dar con los mejores restaurantes)

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Seis claves para comer de verdad como un local cuando estás de viaje (y dar con los mejores restaurantes)

Es el verdadero objetivo de una gran parte de los turistas, que prefieren llamarse viajeros (aunque no dejen de ser turistas): conocer al máximo la cultura local. Y en esta ecuación lograr probar la verdadera gastronomía de la zona es clave.

Acercarse a la gastronomía de otras culturas es un aspecto fundamental de cualquier viaje, pero no siempre es sencillo comer verdaderamente como un local, porque no lo eres.

Hay ciertas dificultades logísticas que no son difíciles de salvar: los restaurantes donde probar la comida típica no siempre están en las zonas turísticas y muchos establecimientos destinados al público local cierran en temporada alta –prueba a ir a buenos restaurantes en Roma en agosto…–. Pero, además, no siempre es sencillo saber dónde acudir.

Esto es lo que debes tener en cuenta para que tus experiencias gastronómicas sean lo más interesantes posibles:

1. Infórmate antes de viajar

Planificacion

Este es el primer y más importante punto. Si quieres ir a los sitios adecuados, es mejor que hagas una búsqueda preliminar: usualmente los mejores restaurantes requieren hacer reserva. Los sitios muy concurridos no suelen ser para turistas, son los locales los que los llenan. Ir a una ciudad desconocida y pensar que vas a encontrar mesa preguntando el mismo día dónde comer es una ingenuidad.

La mejor información aparece en guías y blogs locales, que debes encontrar buscando en internet

Tienes a mano la mejor herramienta para conocer dónde comer: internet. Pero no vale todo internet. Las mejores recomendaciones aparecen en plataformas locales. En España, por ejemplo, funciona muy bien 11870, que no creo que mire ningún guiri. La mejor información aparece, no obstante, en blogs locales, que debes encontrar buscando en internet. Son muy útiles, en concreto, los blogs escritos por españoles que viven en otros ciudades.

También son muy útiles las guías que publican al respecto medios con gran presencia internacional como Time Out o Eater (que tiene guías de todas las grandes ciudades de EEUU, pero también buenas guías de las ciudades más turísticas del mundo). En el segmento más elevado no hay que olvidar la guía Michelin y, en España, la guía Repsol.

Hay también artículos con recomendaciones que son de fiar en la mayor parte de medios generalistas y, por supuesto, en Directo al Paladarnuestras gastroguías se hacen siempre de la mano de expertos locales–. Las guías de viaje más populares suelen esconder también buenas recomendaciones.

La gran trampa es caer por sistema en la red que más gente usa, lo que nos lleva al siguiente punto.

2. No te fíes siempre de Tripadvisor

Tripadvisor

Tripadvisor es una herramienta fantástica: tiene contenidos de todo el mundo y se puede encontrar casi cualquier restaurante. El problema es que es una red que utilizan mucho los turistas de todo tipo, y, perdonen el esnobismo, no todo el mundo tiene un mínimo de cultura gastronómica.

En pueblos pequeños, en los que hay solo un puñado de restaurantes, es muy útil leer las opiniones y ver las cartas para saber, al menos, donde es mejor no meterse, pero en sitios más grandes la clasificación no sirve para nada. Al final, los sitios mejor puntuados, son los que, sencillamente, están más céntricos y tienen más reviews porque atraen a más turistas: justo el tipo de sitios a los que no quieres ir.

La parte de alta de la clasificación está copada por restaurantes italianos, indios o americanos

En Tripadvisor también es difícil encontrar restaurantes en los que la comida sea más especial, pues lo especial no gusta a todo el mundo. En las ciudades muy turísticas la parte alta de la clasificación está copada por restaurantes italianos, indios o americanos. En los primeros puestos, que varían muchísimo, siempre aparecen además restaurantes o muy caros o muy baratos. Toda la gama de precio medio, que es quizás donde puedes encontrar la mejor comida local, brilla por su ausencia.

No es que los restaurantes que estén en los primeros puestos sean malos: la mayoría son buenos. El problema es que te perderás muchos otros sitios que jamás van a puntuar bien en Tripadvisor y probablemente sean mejores. En Tripadvisor además hay muchos comentarios negativos relativos al servicio, que estando de viaje quizás es lo que menos te importa: hay tugurios con pésimo aspecto y servicio infame pero que hacen el mejor plato regional de la ciudad. Y tienes que probarlo.

3. No creas a cualquier amigo (ni a cualquier local)

Conversacion

¿A todos tus amigos y vecinos les gusta comer? Seguro que no. Pues lo mismo ocurre en todas las ciudades del mundo. Pensar que al llegar a una ciudad en la que no hemos estado nunca basta con preguntar a un desconocido para acabar comiendo en el mejor lugar de la ciudad es una ingenuidad. La mayoría de la gente de Madrid es incapaz de nombrar buenos restaurantes en Madrid, ¿por qué iba a ocurrir lo contrario en cualquier otra ciudad?

Si viajas fuera de EEUU o Europa es muy probable que los locales te manden a sitios más occidentalizados

Está bien preguntar a amigos que hayan viajado al mismo sitio, pero no a cualquier amigo. Por suerte o por desgracia, la mayoría de la gente no le da tanta importancia a la comida, y les parece bien cualquier menú de pensión completa de un hotel o cualquier restaurante en el que la comida no sea demasiado cara ni demasiado horrible.

Si viajas fuera de EEUU o Europa es muy probable que los locales te manden a sitios más occidentalizados. Lo hacen con buena fe, pues piensan que su comida local terriblemente picante o especiada no va a gustarte, pero es que quizás es justamente eso lo que estás buscando.

4. Pregunta en bares y restaurantes

Camarero

Si hablas con los vecinos de una ciudad acabarás encontrando a alguien al que verdaderamente le guste comer y te recomiende buenos sitios, pero no siempre hay tiempo para abordar a decenas de desconocidos. Por ello es mejor ir a tiro hecho y preguntar a la gente que más sabe de restaurantes, que son los propios restauradores.

Si das con algún sitio que te gusta pregunta al personal dónde más te recomienda comer, te lo dirá encantado y con conocimiento de causa. Esto también sirve para encontrar buenos bares de copas: la hostelería y la noche van mucho de la mano.

5. Prueba (con cuidado) la comida callejera

Booth Commerce Food 984533

La comida callejera es indispensable para conocer la cultura gastronómica de muchos países. En México no vas a probar los mejores tacos en un restaurante, ni en Asia los mejores dumplings.

Por desgracia la comida que se sirve en puestos ambulantes tiene cierto peligro: las condiciones sanitarias dejan mucho que desear y nuestros acomodados estómagos occidentales no están acostumbrados a ciertos tipos de alimentos o especias. Mira cómo están manipulando la comida, cuál es el estado de los productos, y decide si te la juegas. En muchos países una leve gastroenteritis es el precio que hay que pagar por probar ciertas especialidades locales, pero es mejor evitar puestos con demasiada mala pinta. Por muy bueno que esté no merece la pena jugársela y acabar en el hospital.

Un consejo: sí hay una gran cola de locales en un puesto callejero es que lo que sirven está bueno y, probablemente, en buen estado. Así que apuesta por ello.

6. Bonus track: no todo lo local es bueno

Fish Chips

En nuestro afán por conocer lo típico podemos cometer el error de pensar que “genuino” y “delicioso” son sinónimos, y no lo son para nada. En China la gastronomía es en su amplia mayoría fantástica, pero acostumbran a tomar un pollo hervido que me pareció repugnante, ¿por qué obligarse a tomarlo?

Hay países, además, en los que la comida regional no es nada del otro mundo. Salvo contadísimas excepciones, en Reino Unido es mucho mejor ir a comer a un restaurante indio o asiático que a un pub con comida tradicional, que no vale nada. Seguro que los foodies locales no comen siquiera su propia comida “tradicional”.

Imágenes | Pexels/Pixabay/iStock

Los seis destinos gastronómicos imprescindibles de 2018

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Los seis destinos gastronómicos imprescindibles de 2018

Cada vez más viajeros consideran que disfrutar de una buena gastronomía es fundamental a la hora de escoger un destino turístico al que ir de vacaciones. En concreto, según un informe de Booking.com realizado en el último año entre más de 50.000 personas, seis de cada diez turistas eligen el destino de sus vacaciones por el atractivo de su cocina local.

Debido a este sorprendente resultado, la página de viajes ha decidido elaborar una guía con algunos de los destinos gastronómicos más interesantes de este año, en colaboración con el chef madrileño Javi Estevez, del restaurante La Tasquería.

Para Estevez viajar es una parte indispensable de su formación como cocinero y como reconoció en un reciente encuentro con Directo al Paladar, la colaboración con Booking.com para realizar la guía surgió de forma natural, pensando en los destinos que había visitado en el último año.

Estas son sus recomendaciones:

1. Berlín (Alemania)

Berlon El conocido restaurante Burgermeister, en Berlin.

Alemania no suele ser un país que tengamos en mente como potencia gastronómica, pero, al margen de tener una cocina tradicional más atractiva de lo que solemos pensar, tiene una escena culinaria efervescente y con mucho talento, que se concentra sobre todo en su capital.

Lo que más le llamo la atención a Estevez fue Burgermeister, un conocido puesto callejero localizado en un reformado depósito de agua bajo las vías de metro en Kreuzberg –el antiguo barrio turco de Berlín que ha vivido un proceso de gentrificación parecido a la madrileña Malasaña– donde sirven la que muchos consideran una de las mejores hamburguesas del mundo.

El chef recomienda también pasear por Mauerpark, un parque levantado sobre el antiguo trazado del muro de Berlín, en el que se colocan muchos puestos de comida callejera.

2. Ezcaray (España)

Ezcaray

Estevez es una amante de la casquería, la especialidad de su restaurante, y dado esta afición no podía dejar de nombrar en esta guía la localidad riojana de Ezcaray, sede del hotel y restaurante Echaurren, donde el chef Francis Paniego lleva décadas aunando vanguardia y tradición en dos establecimientos con cartas diferenciadas, Echaurren Tradición y El Portal (con dos estrellas Michelin).

Pero este no es el único atractivo gastronómico de Ezcaray. Estevez recomienda bares como Masip, “que tiene unas croquetas de escándalo”, o Roypa donde, asegura, sirven una magnífica oreja a la plancha.

3. Carcasona (Francia)

Carcasona

Carcasona es un pequeño pueblo situado en el sur de Francia, en la región francesa de Languedoc, que destaca entre la campiña francesa por su casco histórico: una espectacular ciudadela medieval asentada sobre una colina.

El pueblo en sí está repleto de turistas todo el año –y, por consiguiente, los precios están hinchados y la calidad es ajustada–, pero hay opciones muy recomendables para probar la cassoulet, un guiso tradicional de esta región, elaborado a base de alubias y carne, generalmente pato, oca, cordero o incluso salchichas frescas.

El chef recomienda también visitar el restaurante Barriere Truffles, que basa su carta en las elaboraciones con trufas. “De ahí nació nuestra Molleja de cordero con yema de huevo y trufa, que ofrecemos solo en temporada en mi restaurante”, explica Estevez.

4. Zahara de los Atunes (España)

Zahara

Estevez es una enamorado de la localidad gaditana de Zahara de los Atunes, que asegura visitar todos los años. Como su nombre indica, se trata de un pueblo relacionado desde hace milenios con la pesca del atún, y es este manjar el que configura la oferta de sus bares y restaurantes.

El cocinero recomienda el que se sirve en Ramón pipi –que tiene un morrillo de atún “brutal”–, La Almadraba, Casa Juanito, o el Chiringuito del Trompeta. También recomienda probar el escabeche del restaurante Gaspar.

5. Sochi (Rusia)

Sochi2

El cocinero, explica, conoció Sochi, una ciudad del sur de Rusia situada en las costas del Mar Negro, porque le invitaron a participar en un importante congreso de cocina que se celebra allí, el Gastreet Festival.

El festival, asegura el cocinero, es una oportunidad única para disfrutar de la mejor cocina local en creativos food trucks en los que probar chupitos de vodka, hamburguesas artesanas con encurtidos o el clásico borsch, “una suerte de sopa con carne y vegetales que hace que te vengas arriba en pocos segundos”.

6. La sierra de Alicante (España)

Vidood Sierra Alicante

Alicante es una provincia muy turística, pero su sierra, en el interior, es la gran desconocida. Allí, explica Estevez, se encuentra un entorno natural único con una diversidad increíble de fauna y flora, pero también una gastronomía de categoría.

En concreto, recomienda visitar el restaurante Ca Rafel en Benimantell para probar su exquisito arroz montañes y El Xato en La Nucia, donde aconseja apostar por el menú degustación.

Imágenes | JudithTB/willi_bremen/Philipp Hertzog/El Pantera/Gastreet/Booking

Mohammad Ikermawi hace uno de los mejores hummus de Jerusalén, y tiene dos secretos que no conoces para que quede perfecto

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Mohammad Ikermawi hace uno de los mejores hummus de Jerusalén, y tiene dos secretos que no conoces para que quede perfecto

El restaurante Ikermawi está situado frente a la puerta de Damasco de Jerusalén. Desde su apertura, en 1952, ha sido testigo de incontables conflictos e, incluso, un cambio de frontera: en su apertura el territorio pertenecía a Jerusalén Este, que Jordania se anexionó tras la proclamación del Estado de Israel, en 1948, pero tras la Guerra de los Seis Días, en 1967, paso a manos israelíes.

No se puede decir, ni por asomo, que el conflicto esté hoy solucionado, pero, si obviamos la fuerte presencia policial, todo se ve tranquilo en Jerusalén. Al menos todo lo tranquilo que puede ser Jerusalén, una ciudad repleta de vecinos no siempre bien avenidos que es, además, invadida a diario por turistas y peregrinos de todo pelaje.

Hummus2 Dos mujeres venden especias y verduras en el barrio árabe de Jerusalén, un ir y venir de personas de todo pelaje.

Nadie diría que esta semana ha habido un intercambio de misiles entre Israel y la franja de Gaza, además de varias operaciones militares, que se han saldado, de momento, con la muerte de un oficial israelí y diez milicianos palestinos. Es la mayor escalada bélica desde 2014.. Mientras, a solo 76 kilómetros, judíos y árabes comparten las mesas donde Muhammad Ikermawi prepara el hummus según una antigua receta siria, heredada del anterior propietario del local. Y en esto parecen estar de acuerdo: está buenísimo.

Ikermawi,que habla un fantástico inglés, ha recibido hoy la visita de un grupo de periodistas de todo el mundo invitados por Israel para cubrir el festival Open Restaurants, que se celebra esta semana en Jerusalén. A todos nos sorprende que prepara el hummus con algunos ingredientes que no son habituales en la receta que se suele seguir, al menos en Occidente. Pero funcionan de maravilla.

Israel2 Los únicos platos que se sirven en Ikermawi: hummus, pan de pita, harissa, pepinillos y falafel.

El cocinero tiene varias reglas básicas que asegura cumplir siempre. Estos son sus secretos:

1. El perejil es lo más importante

Nunca había oído hablar del perejil como ingrediente del hummus, pero nuestro anfitrión insiste en que es lo más importante: “Sin perejil no sabe a hummus. Es lo que cambia todo, es un mundo diferente. No lo notas, aunque lleva mucho, pero gracias a él conseguimos que sea muy suave”.

Ikermawi añade a la mezcla también chili picante fresco, de una variedad local de color verde. Nada de pimentón, asegura (que es lo que mucha gente usa aquí). El resto son los ingredientes conocidos: garbanzos, tahina, ajo, limón, aceite de oliva, pimienta y sal. Las cantidades no sabe decírnoslas, pues lo prepara todo a ojo.

El cocinero insiste en usar un buen aceite de oliva y unos garbanzos de tamaño pequeño, como los que se cultivan localmente en Palestina. El tahini, la pasta elaborada con agua y semillas de sésamo omnipresente en la cocina árabe, la compra directamente a la fábrica, y aunque aguanta mucho tiempo sin ponerse malo, asegura que es mejor usar uno relativamente fresco.

Hummus3 Esta es la estampa justo enfrente del restaurante.

2. Nunca se debe meter en la nevera

Aunque los garbanzos se pueden cocer y triturar con antelación e, incluso, mezclar con la tahina, según Ikermawi el ajo y el limón solo pueden añadirse justo antes de consumirse.

“El ajo y el limón son los que hacen el hummus, trabajan juntos y por separado cuando los mezclas”, explica el cocinero. “El limón después de un minuto ya hace que sepa distinto. Cada minuto cuenta y el sabor en una hora cambia por completo”.

En Ikermawi solo hay nevera para las bebidas frías. El hummus se prepara en el acto, cada hora, y cuando se despacha la olla de cada tanda, se acabó lo que se daba hasta la siguiente. “Si lo guardas en frigorífico ya no es fresco, yo no lo vendo”, sentencia el cocinero.

Es una de las mejores cafeterías centroeuropeas del mundo, pero están en Israel (y su historia es tan fascinante como sus dulces)

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Es una de las mejores cafeterías centroeuropeas del mundo, pero están en Israel (y su historia es tan fascinante como sus dulces)

Meir Kadosh fue en la década de los 60 a estudiar a una de las mejores pastelerías de Viena, Demel, famosa por servir una exquisita tarta Sacher. Allí aprendió los entresijos del negocio de pastelero para servir como jefe de repostería de una gran panadería de Jerusalén, pero solo unos años después de volver de su formación el propietario de esta falleció. Corría el año 1967, y para no interferir en la herencia familiar decidió abrir su propia cafetería: el hoy famosísimo Café Kadosh. (Queen Shlomziyon St, 6)

El pastelero no tenía una economía muy boyante, así que apostó por un local barato, situado justo al lado de la frontera que separaba Jerusalén oeste, controlado por Israel, de Jerusalén este, que formaba parte de Jordania. Era entonces una zona un tanto conflictiva, y con poco movimiento del tipo de gente que se sienta en una terraza a tomar un café y un trozo de tarta, pero solo unos días después de la inauguración del local estalló la Guerra de los Seis Días.+

Kadosh7 Itzik Kadosh, al que conocimos tras visitar su cafetería en la inauguración de Open Restaurants.

Como nos explica el hijo de Meir, Itzik, hoy propietario de la pastelería, su padre salió a luchar, Israel ganó la guerra, y, cuando volvió, su negocio estaba en la mejor zona de un Jerusalén ahora reunificado, en pleno centro de la ciudad.

“Venía todo el mundo, también los palestinos”, asegura Itzik. “Era una pastelería muy famosa, aunque muy pequeña”. En efecto, el local, que sigue hoy en el mismo sitio, tiene solo en torno a 20 mesas, siempre repletas de gente, pero logra servir a 900 personas al día, gracias a sus 60 trabajadores. ¿Dónde se meten? “Tenemos dos pisos, abajo están las mesas y arriba el obrador y trabajamos por turnos”, explica Itzik.

Kadosh3

Una pastelería clásica en constante renovación

Hoy en Kadosh se puede disfrutar de los dulces tradicionales de la pastelería austrohúngara, pero también de unos brunchs por el que cualquier hipster mataría, una excelente pasta fresca, exquisitos sándwiches y todo tipo de dulces, incluidos elaboraciones de moda como los cronuts.

Hoy Itzki comanda la pastelería, que compró a sus hermanos tras la muerte de su padre en 1999. Junto a su mujer Keren, se intercambia todos los cometidos del local (y el cuidado de los hijos), en jornadas interminables, pero que merecen la pena, asegura, si es tu pasión.

Curiosamente, cuando Itzki heredó el establecimiento, aunque había trabajado con su padre como camarero, no tenía una formación específica de pastelero. Consideró entonces que debía volver a Demel, en Viena, para aprender las mismas técnicas que su padre dominaba. Se presentó en la pastelería preguntando si tenían trabajo para un stagier y le respondieron que ya no ofrecían prácticas. Entonces, cuenta Itzki, se fijó en él alguien mayor y le preguntó por su historia. “Se acordaba de mi padre y pidió que me cogieran”, explica.

“Me enseñaron todo lo que sé”, asegura Itzki, que hasta entonces se había dedicado a estudiar filosofía y fotografía. “Ese fue mi comienzo, después fui a París a Italia, todo el rato aprendiendo, y aquí en Israel hice otro curso. Fueron cinco años de formación. Entonces incorporé el restaurante. Antes no se servía comida, solo pasteles y café”.

Kadosh2

Lidiando con las limitaciones kosher

“Siempre desarrollamos nuevas cosas, tratamos de innovar”, explica Itzik. “Viajamos mucho y lo hacemos todo por la comida”. Solo tiene una máxima: usar productos de calidad y elaborar todo en la propiedad, a diario. “Si tenemos algo que sobra cuando cerramos ya no lo usamos”, asegura. “Para mi es mejor hacer poco y que se acabe”.

El pastelero adapta muchas elaboraciones al gusto propio de Israel. “Cuando haces algo de otros sitios debes lograr que, aún así, tenga un sabor que le guste a los israelíes”, apunta. “En Francia, por ejemplo, la pastelería es más pesada, porque es un país más frío, aquí gustan las cosas más ligeras, más suaves”.

Kadosh6

Itzik cambió, además, muchas de las formulaciones de los dulces que hacía su padre. En Israel es muy habitual usar margarina en la repostería, pues hace más sencillo no incumplir las reglas de la cocina kosher, que tiene como una de sus mayores máximas no mezclar nunca lácteos y carne.

“El sitio es kosher, pero la gente viene en Sabbath a comprar tartas y saben que llevan leche”, apunta Itzik. “Ya les he explicado cuándo no deben comerlas, pero yo no uso margarina, no creo en ella”.

Cuando se acerca el Sabbath, además, Kadosh sirve sus famosas babka, unas tartas tradicionales de la repostería de Europa del este, con chocolate y canela, enormemente populares entre los judíos, que se despachan solo del miércoles por la tarde al viernes por la mañana. “La gente las compra para el Sabbath, pero además es una técnica comercial, porque saben que solo se pueden comprar al final de la semana y vendo miles en tres días, es muchísimo”, explica Itzik. Estas no pudimos probarlas. Habrá que volver.

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